sábado, enero 06, 2024

DON GALINDO, EL CABALLERO DE CAMPISÁBALOS

 

DON GALINDO, EL CABALLERO DE CAMPISÁBALOS

Y un calendario de piedra, para comenzar el año

 

   Uno de los calendarios esculpidos en piedra más significativos que tenemos en la provincia de Guadalajara, al margen del monumental de Beleña, es el que señala desde tiempo inmemorial, o desde los siglos XII o XIII, la fachada de la antigua capilla del Hospital de San Galindo, en la iglesia de San Bartolomé, de Campisábalos; donde Guadalajara comienza a perder su nombre, atisbándose las serranías sorianas y de Segovia. Pero todavía nos encontramos en la Castilla milenaria, la que desde esta parte comenzó a extenderse hacia las extremaduras conquenses en tiempos de reconquista. Por aquí, por Campisábalos, donde el aire, dicen, se respira con una pureza casi única, se extendieron las tropas que desde los altos cerros sorianos que se rinden al imponente castillo de Gormaz, llegaron a Atienza, traspasaron sus líneas y alcanzaron la frontera del Tajo. Siglos después todas estas tierras, desde el Gormaz de los límites murados a la hoy vencida Atienza, pasaron a pertenecer a don Álvaro de Luna, el hombre que redujo a escombros y cenizas una de las más imponentes villas que entonces conocieron los castellanos reinos, la de Atienza.

   Quizá, antes que a don Álvaro, las tierras de Campisábalos perteneciesen a un misterioso hombre, sin duda, procedente de tierras francesas, como predice su nombre: Galindo Galindez, el hombre de las Galias. El hombre que, a no dudar, llegó a estos pagos acompañando a quien fuese obispo seguntino, don Bernardo de Agén.

 

 


 CAMPISÁBALOS, ADUANA DE CASTILLA (pulsando aquí)

El libro de Campisábalos (pulsando aquí)

 

 

Galindo Galindez

   No mucho se conoce en torno al caballero Don Galindo, fundador sin duda del núcleo poblacional de Casas de San Galindo, y lo que ha llegado a nosotros al día de hoy es a través del Hospital que este caballero medieval fundó en el serrano Campisábalos, en torno a los siglos XII/XIII, según nos cuentan la mayoría de los cronistas. Conocimiento en torno al caballero que lleva a algunos historiadores a suponer origen y tiempo, entre ellos Francisco Layna Serrano de quien, a lo largo del siglo XX, han ido tomando datos quienes posteriormente han tratado el tema, del hospital, de la capilla de Campisábalos, relacionada con Casas de San Galindo y, por supuesto, del caballero. Diciéndonos nuestro docto historiador, erróneamente que, sin duda, don Galindo procedía de Atienza.

   Hoy sabemos que no fue así; que don Galindo llegó a Atienza desde el otro lado de la línea fronteriza que dividen los Pirineos, si bien por aquí asentó sus reales, y a Campisábalos marchó a reposar hasta el fin de sus días. Probablemente quien sí que pudo descender de la villa fuese su hijo, Gómez Galindez. Su cuerpo quedó depositado en la capilla por él fundada, tras la reja en la que una leyenda nos dice que allí reposa el cuerpo del caballero San Galindo…

   Caballero fundador de uno de los primeros hospitales conocidos en estos pagos, para acogimiento de los peregrinos; pues fundar el hospital en el lugar de Campisábalos tenía un único objeto: que quienes caminaban por aquella tierra en dirección a Santiago de Compostela encontrasen una casa en la que poder acogerse, descansar o ser tratados de sus males, ya que Campisábalos se encuentra en el camino de Santiago que viene del Levante, más conocido como “Ruta de la Lana”. Hospital que fue puesto bajo el gobierno del Concejo de Atienza, el cual debía atender a su administración.

   Emilio Cuenca y Margarita del Olmo nos dan cuenta en su “Caminos de Santiago, de Guadalajara”, que don Galindo fue Señor de los lugares más estratégicos del Camino de la Lana, y mantenedor de algunos hospitales para peregrinos; constructor del Camino desde Vallaga-Illana hasta Campisábalos, y Nuestra Señora de la Zarza… añadiéndonos que la flor de lis en su blasón, armas de Francia, delatan su ascendencia, del mismo modo que la Cruz de los Hospitalarios, su pertenencia a los Caballeros de San Juan.

  

El Hospital de San Galindo

      En cuanto al hospital tampoco son muchos los datos que encontramos a lo largo del tiempo, pues la práctica totalidad de los medievales, si es que existieron, se han perdido, y no volverán a aparecer hasta los siglos XVI y XVII. Con referencia a él, nos cuenta el Dr. Sanz Serrulla en su obra: “Los Hospitales antiguos de Guadalajara”, que el Hospital, en estos siglos, corría por cuenta del Alcalde Mayor de Atienza; y no sólo el concejo, ayuntamiento o regidores y vecinos de la villa de Atienza estaban obligados al sostenimiento, pues también los vecinos y concejo del lugar de Campisábalos, según las disposiciones del caballero Galindo se encontraban en la obligación de colaborar a su mantenimiento, aportando anualmente a modo de censo feudatario una gallina, siete maravedíes, media fanega de trigo y otra media de cebada por vecino al año, tanto para el sostén de la casa como para el pago del hospitalero, abad, etc., pagos que no solían hacerse con la regularidad debida, pues al igual que al concejo de Atienza se le requiriese desde Sigüenza el cumplimiento de sus obligaciones, lo mismo se ve obligado a hacer el Concejo atencino sobre los vecinos del lugar de Campisábalos, así como los de Casas de San Galindo, obligados igualmente a mantener la fundación en semejantes formas.

   Así se conservó en el archivo municipal atencino el acuerdo del concejo de fecha 26 de octubre de 1576 en el que se acordaba, entre otras cosas, se obligue a los vecinos de Casas de San Galindo a dar la limosna con que cada uno ha de contribuir, sin cometer fraudes ni trampas al sostenimiento de la obra benéfica, que no era otra que la del caballero Galindo.

   El hospital, como albergue y casa de peregrinos, debió dejar de funcionar en los años finales del siglo XVIII o comienzos del XIX, pues ya no se encuentran referencias en torno a él en este tiempo, salvo la de la unión de este hospital al atencino de Santa Ana, cuando este concluye sus obras y son refundados en él todos los que dependen del Concejo de Atienza, entre ellos el de San Galindo de Campisábalos, como “hospital particular”, pues como a tal se trata en diversos documentos relacionados con la desamortización y venta en subasta pública de sus escasas propiedades, avanzado el siglo XIX, e incluso en el siglo XX, pues todavía figurarán algunos asuntos por resolver en torno a ese tipo de propiedades, en 1902.

   E igualmente, aunque sin función de ninguna clase, el hospital de San Galindo se hace figurar en la gran Estadística de la Beneficencia que se lleva a cabo en Guadalajara en 1908, si bien, dentro de los hospitales de Atienza.

 

 


 CAMPISÁBALOS, ADUANA DE CASTILLA (pulsando aquí)

El libro de Campisábalos (pulsando aquí)

 

 

Y su mensario, o calendario de piedra

   Se trata de uno de los conjuntos escultóricos más peculiares de la comarca, aun estando superado por la maestría de la ejecución del que con similares ilustraciones aparece en el pórtico de la cercana iglesia de Beleña, mejor tratado y conservado, sin duda al estar más resguardado de los efectos climatológicos, y ser la piedra en la que se talla de mayor calidad.

   El orden en el que han de interpretarse las imágenes es de derecha a izquierda, de enero a diciembre; siendo la primera de ellas la escena del combate de caballeros que tanto podría representar el enfrentamiento entre cristianos y musulmanes, como el juego de armas a que se dedicaban en ratos ociosos los caballeros de guerra para, como los buenos deportistas de su tiempo, estar entrenados para la batalla, como lo hacían a través de las justas caballerescas. 

   A continuación, se inicia el ciclo mensual representado por los meses y alguna de sus principales acciones agrícolas, ganaderas o lo que hoy denominaríamos como costumbrista.

   Es, sin duda, una razón más, para acercarse a descubrir este lugar, admirar las milenarias piedras, tratar de descifrar su historia, y respirar uno de los ambientes, nos dicen, más saludables de todo nuestro continente. Comenzando por el mes de enero.

 

 

Tomás Gismera Velasco / Guadalajara en la memoria/ Periódico Nueva Alcarria/ Guadalajara, 5 de enero de 2024

 

 


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