EL CONVENTO DE JESÚS DEL MONTE, EN LORANCA DE TAJUÑA
Aspira a convertirse en Bien de Interés Cultural
Loranca de Tajuña estuvo en tiempos pasados dominada por un castillo o castillete que todavía, mediado el siglo XIX, cuando por aquí pasó uno de los por entonces más destacados escritores de viajes y paisajes, José María Quadrado, dejaba entrever su antigua hidalguía. Hidalguía que tal vez, arrancase de los tiempos en los que esta parte de la Alcarria fue galopada por Alvar Fáñez de Minaya con parte de las huestes de Mío Cid Campeador.
El relato de Quadrado es evocador de un tiempo y un paisaje que nos hace soñar: “Loranca de Tajuña, dominada por un castillejo, y tomando el nombre del río que a sus plantas corre…, la noche ya cerrada sólo me permitió divisarla entre arboleda y dispuesta en anfiteatro; y la cuesta rápida y larguísima como todas las del país y los densos vapores del valle plateados por espléndida luna, y el murmullo del río, todavía riachuelo, formaban en mi fantasía aquel sencillo y quieto paisaje que adivinar se deja…” El río, Tajuña, forma parte de un paisaje hermoso, de esos que enaltecen la Alcarria, con sus manantiales y fuentes, como declararon los encargados de elaborar la Relación Topográfica que los Alcaldes ordinarios de la localidad respondieron el 2 de diciembre de 1579 diciendo que: “tiene muchas fuentes, especialmente una encima del pueblo que se dice la Fuente de los Olmos; y luego allí cerca, a un tiro de ballesta hay otra en medio de un monte, que se llama la Fuensanta, que la una y la otra están a la salida del pueblo; y otra hay que se dice la Fuente Barrio Nuevo; y así mismo bajo de la Iglesia Parroquial de San Pedro de esta Villa, que se dice la Fuen Cubierta; otra que se dice la Fuente de la Majadilla; otras que se dicen la del Rincón y la del Saúco...”
Loranca formó parte de la Tierra de Guadalajara, conforme nos dejaron escrito algunos cronistas e historiadores patrios; más adelante tendría un extenso recorrido documental hasta recalar en el condado de Tendilla y marquesado de Mondéjar. Al Marqués pagaban anualmente, mediado el siglo XVIII nada menos que tres mil trescientos veinticinco reales, lo que evidenciaba que era población medianamente pudiente, aparte de ello, y como martiniega o vasallaje, se añadían otros cincuenta y ocho reales; más trescientos cincuenta del regalo navideño que, con algunas colgaduras más, como los gastos de nombramientos de justicias, se redondeaban los cuatro mil.
Parte de los ingresos los obtenían la villa, y sus moradores, de la panadería, puesto que numerosos de ellos se dedicaban al sano oficio de horneros, sacando el pan a vender a Guadalajara y pueblos del entorno; once hornos de pan cocer se localizaban en Loranca en 1752, con casi dos docenas de panaderos; a más de un buen número de carboneros que vendían este producto por las localidades vecinas. Para entonces el antiguo convento de Jesús del Monte se había convertido en: “casa de recreo o campo, con su iglesia y habitaciones necesarias, a la que asisten los padres de dicho Colegio en el riguroso tiempo de calor, permaneciendo en ella los meses de julio, agosto y septiembre, y en la que solo reside un padre sacerdote y dos coadjutores, el uno cocinero y el otro que sirve para cuidar la labor y hacienda que dicha casa tiene”. Pues como población de poderío, también Loranca de Tajuña contó con convento de religiosos.
El Colegio-Convento de Jesús del Monte
Ya figura en las Relaciones del siglo XVI, que en Loranca de Tajuña se encontraba establecido el Colegio de Jesuitas de Alcalá con la denominación de “Jesús del Monte”: “Se llamaba, como algunas obras semejantes, Jesús del Monte; y parte de ella, donde se levantó la iglesia, fue de la ermita de Santo Domingo de Silos, por lo cual en los días en que escribió el clásico P. Rivadeneyra se veían aún “colgadas cadenas de cautivos cristianos que por sus oraciones lograron remedios de sus trabajos y miserias”. Contaría el cronista provincial don Juan-Catalina García López en los “Aumentos” a sus Relaciones Topográficas”.
Añadiéndonos que: “El mártir, en las Marianas, P. Diego Luis de San Vítores, pasó algunas veces en San Juan del Monte, desde donde salía a dar misiones por los pueblos de la comarca, según testimonio de su biógrafo P. Francisco García; y en su librería vio más de una rareza bibliográfica el P. Burriel, como resulta de papeles que guarda nuestra Biblioteca Nacional. En esta residencia de Jesús del Monte se detuvo en 1587 el P. Miguel Hernández con el cuerpo de Santa Leocadia, que traía de Flandes a Toledo, según largamente refiere Portilla en “Historia de Compluto”.
El Colegio de Jesús del Monte estaba vinculado, sin duda, a la familia Mendoza, marqueses de Mondéjar, como nos traslada Miguel de Portilla en la ya referida “Historia de la Ciudad de Compluto”: “Doña María de Mendoza, hija legítima del Marqués de Mondéjar había venido a vivir en Alcalá, por gozar más de cerca y con frecuencia mayor del trato y comunicación espiritual de los Padres de la Compañía, a la cual tenía muy particular afecto. Y queriendo emplear su hacienda en beneficio de la religión, la dio tres mil quinientos ducados de renta a 31 de octubre de 1570, para que con dos mil se dotase una casa de probación y los mil fuesen para el Colegio de Alcalá, y los quinientos del residuo para la Residencia de Jesús del Monte, en la Villa de Loranca…”
Con la expulsión de los jesuitas de España, en el último tercio del siglo XVIII, acusados de instigar el famoso “Motín de Esquilache”, entre otros cargos, el Colegio de Jesús del Monte de Loranca quedaría abandonado, pasando a la historia, reseñándose poco tiempo después, al hacer inventario de los bienes expropiados a la Compañía: “Esta Residencia dependía del Colegio de Alcalá de Henares, y era una mera Casa de recreo y labranza, cuyo oratorio privado ha quedado sin uso, y todas las alhajas y ornamentos de él es justo se entreguen a la parroquia de Loranca, en cuyo ámbito está situado, quedando la misma casa, con toda la hacienda contigua, o dependencias, sujeta a las ventas decretadas en la Real Cédula de 27 de marzo de 1769, sin necesidad de otra especial providencia”. Y así, efectivamente, parece que sucedió; encontrándose al día de hoy lo que al convento perteneció diseminado entre Alcalá y algunas otras partes. La Biblioteca pasó a la Universidad Complutense y algunas de las columnas de su claustro al palacio de Laredo, de Alcalá; en Loranca se quedó, entre otras cosas, la portada de la Hacienda, que se trasladó a la Casa de la Cultura. También quedó su historia y, con ella, el testimonio vivo de sus antiguos paredones, algunos de ellos diseñados por Bartolomé de Sicilia, y entre los que paseó su figura el insigne genio de las letras, Miguel de Cervantes.
Bien de Interés Cultural
El pasado 24 de junio se presentó la solicitud para incoar expediente de declaración de Bien de Interés Cultural para las nobles piedras del Convento-Colegio de Jesús del Monte de Loranca. Un grupo numeroso de loranqueños, entre los que destaca don Rodrigo Sanz García se han propuesto que la ruina no se apodere del entorno, y que su densa historia no quede en el olvido. El resultado lo conoceremos en unos meses. Por ahora nuestro apoyo incondicional, como ha de ser el de toda la provincia, está en preservar la historia y conseguir que, como Bien de Interés Cultural, poco a poco se recupere la memoria perdida, evitándose en lo posible un deterioro que, día a día, avanza sin que, al parecer, nadie sea capaz de detenerlo.
Tomás Gismera Velasco/ Guadalajara en la Memoria/ Periódico Nueva Alcarria/ Guadalajara, 4 de julio de 2025
LORANCA DE TAJUÑA EN EL TIEMPO
LORANCA DE TAJUÑA en el Tiempo
El pasado de LORANCA DE TAJUÑA (Guadalajara), es denso. Desde los tiempos primitivos a la actualidad, la historia ha ido pasando y dejando un poso inmenso en sus calles, sus personajes o su patrimonio.
Forma parte de la Alcarria, a medio camino estuvo entre la actual provincia de Guadalajara y la de Cuenca, quedando incluida finalmente en el siglo XIX en la primera.
Por aquí pasó Álvar Fáñez de Minaya cuando, junto al Cid Rodrigo de Vivar marchó camino de Valencia, y antes de ello reconquistó la Alcarria. Por aquí pasaron los Mendoza y en Jesús del Monte hicieron un alto los maestros jesuitas de Alcalá.
Con concisión, las páginas siguientes repasan una importante parte de la historia, el costumbrismo y el patrimonio histórico de Loranca de Tajuña.
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SUMARIO GENERAL:
-I-
Loranca de Tajuña
Pág. 9
La Situación, la Geografía, los Orígenes
El partido de Pastrana
Demografía
Loranca de Tajuña en los manuales
Los Diccionarios
Algunos topónimos del término
Callejero tradicional
-II-
Entre los tiempos remotos, y la reconquista
Pág. 29
Páginas para la Historia
Alvar Fáñez de Minaya
Loranca de Tajuña, aldea de Guadalajara. Señorío de los Mendoza
-III-
Loranca de Tajuña, Siglo XVI
Pág. 53
Las Relaciones Topográficas de Felipe II
-IV-
Loranca, entre los siglos XVII y XVIII
Pág. 67
El Catastro de Ensenada
Un personaje del siglo, Manuel Justo Martínez Galiano
El Colegio de Jesús del Monte
-V-
Guerra por una Independencia
El Siglo XIX
Pág. 101
El 2 de mayo
Las guerras carlistas
-VI-
Loranca de Tajuña, entre el ayer y el hoy
Pág. 121
El Pósito
La asistencia médica y farmacéutica
Loranca de Tajuña s en los tiempos del Cólera
Zofra y ladra o hacendera (prestación personal)
La llegada del Siglo XX
La fiesta, en Loranca de Tajuña
En torno a los Mayos en Loranca
LORANCA DE TAJUÑA, EL LIBRO, PULSANDO AQUÍ
- ASIN : B0BF3GQ6KB
- Editorial : Independently published
- Idioma : Español
- Tapa blanda : 153 páginas
- ISBN-13 : 979-8353427568
- Peso del producto : 259 g
- Dimensiones : 13.97 x 0.99 x 21.59 cm