LA CRUZ DE CRISTO, EN LA PROVINCIA DE GUADALAJARA

 LA CRUZ DE CRISTO, EN LA PROVINCIA DE GUADALAJARA

Numerosas reliquias del Lignum Crucis, se veneran en las iglesias de nuestros pueblos

 

 

   Entre los años 325 y 327, Helena, madre del emperador Constantino, se trasladó a Jerusalén, sin que se conozcan muy bien los motivos, a pesar de que algunos historiadores hablan de la idea del emperador de alzar en la ciudad una iglesia dedicada al Santo Sepulcro. Allí Helena inquirió detalles del lugar en el que Jesús fue crucificado. Sobre él se había levantado un templo a Afrodita. Y, una vez derribado, es fama que se encontró la reliquia de la Santa Cruz. Reliquia, la más preciada junto a las espinas de la corona, que hace memoria de la crucifixión de Jesús y que, en astillas, se distribuyó por la totalidad del orbe católico como objeto de veneración.

   Un orbe católico en el que no faltan los pueblos de la provincia de Guadalajara por los que, auténticas o continuadoras de una tradición, las astillas de la Cruz en la que Jesucristo fue crucificado salen por estos días de la Semana de Pasión a la memoria y devoción de los creyentes.

 

Cantalojas,el Lignum Crucis de la iglesia de San Julián (Pulsa aquí, para conocer más)

   Probablemente sea el de Cantalojas uno de los más recientemente documentados, al menos desde el siglo XIX, cuando llegó como regalo a la iglesia en la que recibió las aguas del bautismo quien fuese obispo de Tortosa, don Damián Gordo Sáez, natural de la población, a quien se lo legó su tío, el también obispo de Tortosa, natural de Budia, don Víctor Sáez Sánchez. Las antiguas crónicas de la población, en los inicios del siglo XX, nos cuentan que …a su fallecimiento legó a su pueblo natal bastantes bienes y a su Iglesia una preciosa reliquia consistente en un pequeño trozo de madera que se dice perteneció a la cruz donde sufrió ignominiosa muerte el mártir del Gólgota, y cuya reliquia se venera hoy con gran fervor por este vecindario.

 

  GUADALAJARA Y SUS SANTAS RELIQUIAS, EL LIBRO, PULSANDO AQUÍ

 

Guadalajara,la cruz de los Mendoza, de San Nicolás

   En la antigua iglesia parroquial de San Nicolás, muy documentado y con larga leyenda detrás, se documenta uno de los Lignum Crucis de los que más se habló, por su milagrosa existencia, en la provincia. A la iglesia lo donó un Conde de Coruña, cuenta la tradición, que en fecha anterior a 1440. Lignum Crucis que, desde entonces, y todos los domingos de Lázaro, era bajado al río en procesión para, introduciéndolo en el agua, prevenir las riadas. Hasta que, en una de aquellas, al sacerdote que lo portaba se le escapó de las manos y… La tribulación y el desconsuelo de los fieles fue grande, y mucho más los trabajos que se realizaron para recuperar tan preciada reliquia, pero cuando descorazonados volvieron todos a San Nicolás vieron con grande sorpresa que el Lignum Crucis se hallaba en el altar de su capilla.

   Claro que otras historias cuentan que lo encontró un hortelano del Conde y, poniéndolo en manos de su Señor, este lo devolvió a su capilla, y aquel día los condes de Coruña convidaron a comer en su misma mesa a todas las personas que figuraron en la procesión, donde se sirvieron diversos manjares de pescados y potajes con mucha azúcar y gran variedad de vinos.  E incluso, cuenta la historia, se invitó al Rey: y a los señores de la Corte, que no pudieron asistir…

 

Ruguilla;el Lignum Crucis de la iglesia parroquial de Santa Catalina

   También en la localidad alcarreña de Ruguilla y en su iglesia de Santa Catalina encontramos una astilla de la Cruz de Cristo que, desde tiempo inmemorial, acompaña las procesiones y festividad del Santísimo Cristo de la Fe, que se celebra por el mes de septiembre. Y se celebró, por todo lo grande, cuando la noche de la víspera, tras la última novena y previo al miserere, la música de la ronda acompañaba el reparto de vino y cañamones entre el vecindario.

   No falta el milagro en la astilla de Ruguilla cuando, en aquellos días en los que los franceses se adueñaron de la Alcarria y saquearon sus templos; y en los mismos en los que la Junta de Defensa provincial requirió de las distintas iglesias que les fuese entregada la plata a fin de convertirla en jornales para la tropa en lucha, cuando el 16 de septiembre de 1810 tocó a Ruguilla desprenderse de sus alhajas, se perdonó la entrega de aquel Lignum Crucis, con su cruz y caja de plata, como si quienes quisieron llevárselo, obedeciendo a una extraña voz, no se atrevieron a tocarlo. Lo que se consideró como milagroso.

 

Ventosa,el Lignum Crucis de la Virgen de la Hoz

   Claro Abánades, en su “Reina del Señorío”, nos habla de una reliquia del Lignum Crucis, debida a un Martín Cortés (guardajoyas de la emperatriz María, reina de Hungría): De su orden fue edificada la ermita del Santo Ángel a la entrada del Barranco (de la Hoz) dejando rentas suficientes para atender a los reparos y para que el capellán de Ventosa celebrase en ella cierto número de misas. En la ermita de la Hoz edificó la capilla llamada de Santa Ana, donde está enterrado. Y, sobre el ara de su capilla situó el relicario, entregado en el Santuario al patrono Luis de Piña, que contenía, según acta firmada en 10 de agosto de 1580, lo que sigue: …una cruz de oro con una reliquia de Lignum Crucis…

   Y, conforme a lo que continúa escribiendo Claro Abánades, por allí desapareció.

 

Palazuelos: el LignumCrucis de la iglesia de la Iglesia de San Juan

   En la iglesia parroquial de San Juan, en Palazuelos, sin que se conozca cómo llegaron a ella, a pesar de que se piense en don Pedro González de Mendoza, el de Aljubarrota, hallamos un nuevo Lignum Crucis, incrustado a su vez en una cruz que sostiene la reliquia.

   Que, como otras muchas, viene cargada de leyendas: Entre ellas cabe destacar la del “Niño Crucis”, materializada en uno de los altares de la parroquia por un niño Jesús barroco, en cuyo sagrario hay una pequeña cruz que, según tradición, contiene una pequeña astilla del árbol en que fue atormentado Jesucristo. Sólo lo pueden tocar los niños y el cura. Cuando en verano se acerca al pueblo alguna nube que pueda traer pedrisco, toma un niño en sus manos la reliquia y se llega con ella hasta la puerta del templo donde espera un rato mientras las mujeres rezan. El milagro se realiza cuando la nube se aleja del pueblo.

 GUADALAJARA Y SUS SANTAS RELIQUIAS, EL LIBRO, PULSANDO AQUÍ

 

Y más Lignum Crucis

   Incontables son los que se distribuyen por la provincia, algunos documentados y otros no, entre ellos, el de la villa de Alcocer, a la que llegó la reliquia correspondiente, con anterioridad al siglo XVI, remitida por el cardenal D. Gil de Albornoz; a la iglesia de Nuestra Señora de los Remedios, de Cogolludo, es de suponerse que la donaron los duques, en una cajita de plata; en caja de plata, sustituida posteriormente por una cruz del mismo metal, se sacó en procesión por las calles de Fuencemillán, el 3 de mayo, una reliquia del Lignum Crucis que, desde tiempo inmemorial, se conservó en su iglesia parroquial de San Juan Bautista; y en Henche también se daba a la adoración popular el día de la festividad de la Cruz de Mayo, en cuyo día procesionaban bajo palio.

   La Virgen de la Soledad, de Jadraque, llevó, a modo de colgante, una reliquia del Lignum Crucis encastada en oro, que le consiguió el indiano Gutiérrez de Luna, de tan grata memoria en la villa; y al Lignum Crucis de Trillo cantó con inspirado verso su hijo predilecto, don Ángel Campos, haciendo memoria de que llegó a su pueblo por concesión del rey Felipe II, quien lo puso en manos de uno de sus confesores, trillano de nacimiento.

   El de Salmerón llegó a través del convento de Nuestra Señora del Puerto; a la iglesia de San Pedro de Hita viajó desde Roma, remitido por el jesuita Cristóbal Rodríguez; se perdieron los del Monasterio de Sopetrán, en Torre del Burgo, y los de San Jerónimo de Lupiana, manteniéndose los de las iglesias de San Martín y San Gil, de Molina de Aragón y, por supuesto, los del convento de franciscanos de Sigüenza que, en 1837 pasaron a la catedral, de donde estos días sale una de las procesiones más impresionantes de las que recorren la provincia, la de los armaos. Una razón, como otra cualquiera, para viajar hasta Sigüenza, o hasta cualquiera de nuestros pueblos alcarreños, que tanto y curiosos tienen por mostrarnos, incluso en días como estos.

 

 

Tomás Gismera Velasco/ Guadalajara en la memoria/ Periódico Nueva Alcarria/ Guadalajara, 13 de abril de 2022