ELENA
SÁNCHEZ DE ARROJO. La Primera mujer Concejal de la provincia
Tomás
Gismera Velasco
Fue,
doña Elena Sánchez de Arrojo, una de esas personas que se hacen indispensables
en toda ciudad que se precie, y que parecen estar en todas partes a lo largo de
muchos años. Y como doña Elena vivió la mitad del siglo XIX, y la mitad del
siglo XX, hizo muchas cosas y estuvo en muchas partes, sobre todo, de la ciudad
de Guadalajara, en la que pasó la mayor parte de su existencia.
A pesar
de que nació en Madrid, un frío día de San Valentín de 1857; hija de otra de
aquellas mujeres que solían estar también en todas partes, doña Pascuala de
Arrojo y Valdés o, como la llamaban sus íntimas, doña Pascualita, que nació en
Asturias y terminó siendo sangre de la sangre de Guadalajara, en donde se casó,
en segundas nupcias, con otro personaje de la vida guadalajareña, don César
Tournelle.
El padre
de doña Elena, don Melchor Sánchez Santamaría, ilustre abogado madrileño, murió
a tan temprana edad, el 30 de agosto de 1865, que bien pudiera decirse que su
verdadero padre fue don César Tournelle y Ballagas, un militar metido a poeta
en los últimos años de su vida, que fue profesor del rey Alfonso XII, introdujo
a su familia en el ambiente de la Casa Real y metió a doña Elena el gusanillo
de la poesía. Hombre que pasó por la Academia de Ingenieros Militares y que se
trajo a Guadalajara a algunos miembros de la familia que, como doña Elena se
quedaron por aquí.
Antes
del arribo de doña Elena Sánchez de Arrojo a Guadalajara pasó unos años por la
Manila filipina, cuando aquellas tierras pertenecían a la corona española. Doña
Elena contrajo matrimonio con un militar de rango que fue allí destinado, don
Víctor Martínez Cardenal, y que por allí se dejó la vida. Y en Filipinas se
distinguió igualmente su hermano, don Emilio, que alcanzó el grado de
comandante y sus heroicidades en Cavite fueron galardonadas con la Laureada de
San Fernando quien, herido en guerra, se retiró a Mora de Toledo, donde murió a
consecuencia de las heridas recibidas en la antigua tierra española, a los 44
años de edad, el 12 de octubre de 1898. Don Emilio quien, como Blas de Lezo,
perdió en combate una pierna, un brazo y un ojo.
Viuda
regresó doña Elena a Madrid, asentándose, en los inicios del siglo XX, en
Guadalajara, al lado de alguno de sus hijos, militares de profesión y
profesores en la Academia de Ingenieros antes de ocupar otros cargos, entre
ellos, don Víctor Martínez, quien llegó a ser uno de los pilares de la
Guadalajara intelectual del primer tercio del siglo XX, y a quien se deben,
entre otras iniciativa señaladas, la de la creación del “Día de Guadalajara”, o
del día de amor a la provincia, que terminó siendo el origen de la Casa de
Guadalajara en Madrid a través de la cual quienes se encontraban fuera de la
provincia podían continuar manteniendo la relación, y el espíritu, y tanta
cosas más, hacía la historia y cultura de sus lugares de nacimiento.
Por
cierto, que doña Elena, junto a don Miguel de Castro, compusieron la letra del
Himno a Guadalajara, que durante años se cantó ensalzando a la ciudad,
musicalizado por los maestros Román García y Cayo Vela.
Amad
con fervor a esta Alcarria querida
cifrad
vuestro amor, en verla enaltecida…
Perteneció, doña Elena Sánchez de Arrojo, al círculo de damas de la
reina Victoria Eugenia, lo mismo que lo fue su madre, colaborando en la
creación de las damas de la Cruz Roja, o de enfermería, como se llamó por
entonces al cuerpo ideado por la reina, para atender a los muchos heridos de
las guerras coloniales, y del África; que no nos faltaron guerras a las que
mandar médicos y enfermeras en los años finales del siglo XIX y el primer
tercio del XX.
También
fue, doña Elena, escritora de manual. A ella se deben algunos de los utilizados
por las enfermeras de la Cruz Roja, ante todo el que llevó por título: “El
Consultor de la Dama Enfermera”, popularizado a través de una reciente serie de
televisión en la que la reina enviaba a sus damas a fundar hospitales en la
guerrera África hispana. También dio a la imprenta algunos tratados de
puericultura, no pocos libros de cuentos y una novela “El Padre Mabuti”, que
ambientó en la Filipinas que se le quedó atrás. Y escribió alguna que otra
pieza de teatro y, por supuesto, colaboró con todos los periódicos provinciales
y, como poetisa que fue, sus poemas vieron la luz, prácticamente con
periodicidad semanal, en la prensa guadalajareña hasta los días previos a su
fallecimiento.
Igualmente, junto a doña Concepción Aparicio Bueno, mujer que fue de don
Salvador de Prado –Director del Brianda de Mendoza-, fundadora de la Cruz Roja
Provincial; ya venía siendo Dama de la institución, junto a la reina y algunas
infantas de la Casa Real; de la misma manera que pertenecía a la Junta de Damas
del Hospital de la Princesa, y una docena de instituciones más, sociales las
unas y religiosas las otras. Por demás, fue la primera mujer en ocupar una
concejalía en un Ayuntamiento de la provincia, en el de Guadalajara, la de Beneficencia
y Sanidad en 1927, siendo alcalde de la ciudad don Fernando Palanca.
Quedó, a
la temprana muerte de doña Concepción Aparicio, como Presidenta de la Cruz Roja
Provincial, y recibió títulos, cruces, honores y encomiendas, en recompensa a
sus muchas acciones.
De su
mano pasearon por Guadalajara las infantas Isabel de Borbón –La Chata-, y su
hermana Paz, que fueron madrinas de bautismo de alguno de sus nietos en nombre
de la reina, a quien dedicó alguna de sus obras y quien presidió alguna de sus fundaciones,
entre otras, el Sindicato Obrero Femenino.
Vivió
tantos años, en Guadalajara sobre todo, que vio morir a hijos, nietos y
amistades. Y también conoció la muerte del rey Alfonso XIII y el exilio de su
buena amiga, la reina Victoria Eugenia.
Los
últimos años de su vida los pasó escribiendo poesía. Una poesía casi mística
que la acompañó hasta el 28 de junio de 1947, el día en que murió en su casa de
la plaza de Boixareu Rivera (antes de Jáudenes), número 27 principal, de
Guadalajara, a los 90 años de edad, para recibir sepultura en su cementerio, al
día siguiente.
Elena Sánchez de Arrojo; escritora, poeta, activista social, concejala
municipal y Presidenta de la Cruz Roja de Guadalajara, nació en Madrid el 14 de
febrero de 1857; falleció en Guadalajara el 28 de junio de 1947.
En Gentes de Guadalajara: Henaresaldia.com
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