PUEBLOS DE LA SERRANÍA.
CONDEMIOS DE ARRIBA, Y DE ABAJO:
NOTAS PARA SU HISTORIA RECIENTE
Tomás
Gismera Velasco
Prácticamente desde el siglo XVIII, por la cercanía entre ambas
localidades, ambos Condemios, de Arriba y de Abajo, han caminado juntos en
cuanto a servicios se trata, como una forma de ahorro para las arcas municipales
de ambos.
Históricamente vivieron de una escasa agricultura, una buena cabaña
ganadera y más tarde, principalmente a partir del siglo XIX, mayoritariamente
de la madera, con la explotación de los amplios pinares que poblaron sus términos, la venta de madera tanto
a la provincia como fuera de ella, y las manufacturas que en el propio pueblo
se llevaban a cabo con la construcción de carros y mobiliario que llegó incluso
a la capital del reino.
Fueron por ello muy cuidados los montes pinariegos, de propiedad concejil,
y que en parte gracias a ellos, para dar salida a la madera, llevaron a ambos
municipios a solicitar la apertura de caminos, hoy carreteras, que comenzaron a
conocerse, en cuanto a lo que hoy los conocemos, en 1863. Con anterioridad los
caminos eran carreteros que enlazaban con el salinero que hoy bordea la
carretera que conduce de Atienza a Riaza.
Sus montes fueron en parte el origen de muchos de los problemas que
ambos padecieron a lo largo del siglo
XIX, principalmente durante el transcurso de las guerras carlistas ya que
fueron refugio de numerosas partidas de facciosos de las que recorrieron los
pueblos serranos o tras llevar a cabo levantamientos en las comarcas de Molina,
Sigüenza o Atienza, buscaban en ellos el conveniente refugio, con los castigos
a ambas poblaciones cuando los mismos facciosos llegaron a ellas o fueron
denunciados, registrándose no pocos incidentes, con la quema incluso de parte
del pueblo de Condemios de Arriba el 17 de julio de 1839. Día en que
secuestraron al Alcalde y asesinaron al Médico.
En otras ocasiones el mismo fuego prendió en los pinares para hacerlos
salir. Una medida ya utilizada en el siglo XVI por los reyes castellanos para
expulsar de ellos a los bandoleros. La historia del siglo XIX registra
innumerables incendios en ambos términos, la mayoría provocados, siendo quizá
el más importante el que tuvo lugar el 26 de junio de 1870, en el que en
Condemios de Arriba ardieron los montes por espacio de varios días.
Ambas poblaciones compartieron veterinario, junto a Somolinos y
Albendiego, al menos desde los inicios del siglo XIX, y Médico desde el primer
tercio del siglo. A través de los distintos anuncios para cubrir la plaza
conocemos incluso sus emolumentos, al
tiempo que, como forma de atraer a tan apartado lugar a alguien tan necesario
para la salud, se advertía de las buenas características del terreno:
Desde el 1º de julio próximo (de 1904), se halla vacante la plaza de
Médico titular de Beneficencia de este pueblo de Condemios de Arriba y su anejo
de Condemios de Abajo, que dista un cuarto de hora de buen camino y llano, con
la dotación anual de 50 pesetas satisfechas por trimestres vencidos del
presupuesto municipal.
La cantidad puede resultar irrisoria para la época, por lo que suponemos
ha de tratarse de un error, ya que años antes las condiciones económicas eran
mejores:
Se halla vacante el partido de medicina y cirugía de este pueblo y su
anejo de Condemios de Abajo, que dista un cuarto de legua de buen camino y
llano, por dimisión del que la venía desempeñando; su dotación consiste en
1.500 pesetas anuales, una carga de leña cada vecino de los 150 que resulta
haber entre ambos y casa gratis.
La anterior convocatoria corresponde a 1878, y hacía la mitad del siglo
se advertía que de que la paga consiste
en 110 fanegas de trigo cobradas de su
cuenta en las eras, 400 reales en dinero; una carga de leña por cada vecino y
casa para vivir sin interés y libre de contribución ordinaria.
En 1957 ambos municipios se unieron incluso para compartir secretario
municipal, formando mancomunidad, conforme se desprende del decreto del
Gobierno civil de Guadalajara, del mes de diciembre de ese año: Por resolución del Excmo. Sr. Subsecretario
del Ministerio de la Gobernación de 9 de diciembre del corriente año, se
aprueba el expediente incoado para agrupar los municipios de Condemios de
Arriba y Condemios de Abajo, de esta provincia, a efectos de sostener un
Secretario común, quedando constituida la capitalidad de la Agrupación en
Condemios de Arriba, determinando, asimismo, que deberá procederse por las
corporaciones interesadas a la redacción de los Estatutos correspondientes,
para que, una vez aprobados por el Ministerio, se proceda a la clasificación de
la plaza y a señalar la fecha de su entrada en vigor.
Todavía, por aquél entonces, la comarca estaba poblada de animales
peligrosos, incluso de lobos, en mayor cantidad de lo que al día de hoy nos
puede parecer, por lo que no resultaba extraño encontrar noticias que daban
cuenta de la eliminación de alguno de estos, entonces consideradas alimañas:
A través de noticias recibidas en el
Gobierno Civil hemos sabido que en la tarde del día 20 cuando el pastor Pablo
Araújo Escrutín custodiaba un rebaño de ganado lanar en las cercanías de
Condemios de Abajo, hizo su aparición una pareja de lobos que se lanzaron sobre
una res a la que destrozaron en un momento. El pastor se enfrentó a las
alimañas haciéndolas huir y después de dejar encargada la custodia de su rebaño
a otro pastor, Felipe Martín Martín, marchó al pueblo de donde regresó con una
buena dosis de veneno que infiltró en los restos de la oveja muerta. En la
madrugada del siguiente día cuando los pastores volvieron al lugar del suceso,
hallaron a unos diez metros del sitio donde había estado la oveja los dos lobos
muertos envenenados, eran macho y hembra con un peso de 30 y 33 kilos
respectivamente. Además de la felicitación y recompensa del gobernador civil
ambos pastores están recibiendo otras muestras de agradecimiento de toda la
comarca donde los lobos venían diezmando los rebaños.
Año aquél, el de 1957, que trajo más novedades, entre ellas la de la
inauguración del cuartel de la Guardia civil de Condemios de Arriba, que la
presencia de las primeras autoridades provinciales tuvo lugar el 22 de octubre,
siendo todo un acontecimiento para la localidad, como lo fue el aterrizaje de
tres aeroplanos la tarde del 22 de abril de 1928 cuando la escuadrilla
capitaneada por el comandante Benllod, procedente de Burgos y en vuelo a
Madrid, sorprendida por un temporal de viento y nieve se vio obligada a
aterrizar en Condemios de Arriba, reanudando el vuelo al día siguiente.
En torno a los 400 habitantes se llegaron a reunir en Condemios de Arriba,
la mitad en Condemios de Abajo, en sus mejores tiempos, cantidades que
comenzaron a mermar conforme se fue terminando el siglo XIX y comenzó a correr
el siglo XX, hasta llegar a nuestros días con un número de vecinos, comparados
con aquellos, que pudiera resultar de alguna, simbólica.
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