ISABEL MUÑOZ CARAVACA, LA EDUCACION, LA
DOCENCIA Y LA ESCUELA DE ADULTOS
Isabel Muñoz Caravaca, nacida y educada
entre la alta sociedad madrileña, le gusta la educación, asignatura pendiente
en muchos aspectos de la sociedad, tanto de la atencina, como de la madrileña
de su cuna: “los periódicos madrileños se lamentaban, pocos días há de las
descortesías de algunos individuos vestidos de mamarrachos, en las calles y
paseos de la Corte…” En igualmente una crítica hacía el Carnaval, que el
comentario va relacionado con esos festejos.
Piensa que la educación en España está
todavía por hacer, e indudablemente, no está errada: “Nuestra educación está en
fase de formación pero ese es su estado habitual, su modo de ser. Se habla de
regeneración, se cree en ello, se proyecta de buena fe, pero quien así lo haga
es que no ha leído una sola página de nuestra historia. Siglos hace que estamos
proponiéndonos regenerarnos, y aún diciéndolo con estas mismas palabras, la suspirada
regeneración nunca llega”.
Igualmente descubrirá la escuela de adultos,
lo hace en Atienza por una mera casualidad, la de la sustitución del maestro
que se encarga de ella, no obstante, entenderá que esa es una tarea pendiente
para la educación. Una tarea que, a pesar de que al comienzo de su labor
docente en Atienza le dedicará escasos meses, con el tiempo será una más de sus
dedicaciones: “Las escuelas de adultos pueden hacer un gran beneficio; son una
de las mejores ideas sobre la enseñanza que pueden ponerse en práctica. Vienen
a ellas hombres por su propia voluntad, mientras a las otras escuelas van niños
a veces a la fuerza. Estos alumnos vienen a recoger lo que desdeñaron o
extraviaron cuando concurrían a la escuela de niños, y aquí pueden adquirir si
quieren, si queremos y sabemos todos, los conocimientos primarios, los
indispensables, prácticos y no teóricos, base de la instrucción que hace a las
naciones ilustradas.