Francisco Layna Serrano fue uno de esos personajes irrepetibles en la
provincia de Guadalajara, con sus luces y sombras, por supuesto, como todo
personaje irrepetible de la provincia de Guadalajara.
Probablemente, eliminando de los buscadores oficiales a gerifaltes
gubernamentales, la iglesia y el rey, sea el hombre, nacido en la provincia,
que mayor número de calles tiene dedicadas en cualquier pueblo de la provincia
de Guadalajara.
También, por supuesto, tiene calle en Atienza. Se rotuló e inauguró el
24 de mayo de 1946, como uno más de los actos con los que Atienza homenajeaba a
Francisco Layna Serrano, al que en la ocasión, y con motivo de haber publicado
el libro “La Historia de la Villa de Atienza”, junto con alguna que otra
publicación en torno a la Caballada, iglesias y arte, se le nombraba “Hijo
Adoptivo de la Villa”, y descubría su placa que ponía nombre a esta calle.
Digno de alabarse en esta ocasión el Ayuntamiento de Atienza, pues como se
suele decir: “los homenajes, en vida”.
El nombre de Francisco Layna Serrano, dando nombre a esta calle venía a
sustituir el anterior de “Calle del Águila”. Hay alguna que otra controversia
al respecto, y ni siquiera se podría saber con absoluta certeza si este nombre “Águila”,
se encuentra oficialmente en el callejero municipal, a pesar de que con ese
nombre figura en muchos registros censales, al menos desde mediados del siglo
XIX . Los Águila fueron una familia judeo-conversa de Atienza, con importantes
negocios. Algo también que también puede ponerse en entredicho, pero que
algunas historias así lo cuentan.
El nombre de Águila venía a sustituir a otro anterior, Calle Mayor, en
sustitución de la anterior calle Mayor, cuando la villa se fue expandiendo y a
través de esta se llegaba a los portillos o postigos, que también, por algún
tiempo, se conoció como “la calle del Postigo”, y también, porque por ella se
accedía a la picota, “la calle de la amargura”, amargura para los condenados o
penados que iban a purgar sus culpas al rollo, o la picota.
En la actualidad la calle, que anteriormente concluía en el Arco o
Postigo de la Virgen, se prolonga hasta el cruce de la actual calle Real o
Mayor, atravesando la Plaza de Mecenas, y concluyendo frente a la fuente “del
tío Vitoriano”.
En la calle, junto a lo que hoy ya no es “grupo escolar Pardo Gayoso”,
pero que lo fue, se encontraron las casas palaciegas de la familia Medrano
Bravo de Laguna, especialmente las de doña Catalina de Medrano y don Hernando
de Rojas Sandoval, y en la calle hubo algún que otro comercio, de referencia
provincial fue el de hilados y tejidos de la familia Castel, o Castell, que
cerró sus puertas allá por la mitad del siglo XX. Su historia comenzaba cien
años atrás.
El 15 de mayo de 1993, coincidiendo con la festividad de San Isidro, y
enmarcado dentro del homenaje que Atienza y La Caballada tributaban a Layna
Serrano con motivo de su centenario, se cambió la placa de la calle, siendo
Alcalde de la Villa don Juan Jesús Asenjo Sanz, y Priostre de La Caballada don
Tomás Gismera Velasco, con asistencia de los sobrinos y herederos del difunto
historiador. La placa la descubrieron los dos hermanos honorarios que tomaban
posesión de sus cargos aquel día, el periodista Luis Carandell y el fotógrafo
Santiago Bernal.
Tomás Gismera Velasco.