lunes, mayo 26, 2025

SAN MACARIO Y SAN ROQUE, EN VALDESAZ

 

SAN MACARIO Y SAN ROQUE, EN VALDESAZ

Se cumplen cuatrocientos años de la bendición de su ermita

 

  Cuenta la historia de Valdesaz, que el 21 de mayo de 1625, ahora se cumplen nada menos que cuatrocientos años, Fr. Alonso de Requesens y Fenollet, a la sazón Obispo de Roxana, título con el que se agraciaba al Auxiliar de Toledo, en visita canóniga por las poblaciones alcarreñas que en aquel tiempo pertenecían a esa Diócesis, llegó a Valdesaz para cumplir con su cometido de llevar a cabo la visita eclesiástica y, al tiempo, las autoridades civiles y eclesiásticas aprovecharon para celebrar un gran día de fiesta. En ese se bendijo la ermita de San Roque, con su ilustrísima vestido de pontifical. Dentro de los actos, las autoridades, en mitad de solemne ceremonia, llevaron a Fr. Alonso a la torre de la iglesia para, con la misma solemnidad, proceder a la bendición de la campana mayor, a la que se dio en esa especie de bautismo episcopal, el nombre de San Macario. Santo de abolengo que ya venía presidiendo el santoral local desde siglos atrás, pues ya muchos años antes de que esto acaeciese, los responsables de dar cuenta del devenir histórico de la villa, Alonso de Canalejas, Juan y Pedro Lozano, nos dijeron, a 2 de noviembre de 1580, que el culto a San Macario, en Valdesaz, “se guarda por voto que el pueblo ha hecho de tiempo inmemorial a esta parte”.

   También guardaban las fiestas de San Antón, Santa Águeda, San Benito, San Juan de Portanlatina, San Pedro y la Santa Cruz; San Macario en su festividad original, que era el 15 de enero. Después se fue ajustando, como ha ido sucedido en la mayoría de nuestras poblaciones, a la visita veraniega de quienes un día tuvieron que marchar, y en los de estío hacen por retornar.

 


Vallem Salzis

   De esa manera lo bautizaron los viejos legajos y pergaminos que se escribieron por los siglos XII o XIII, cuando esta tierra comenzó a formar parte de los señoríos episcopales del arzobispo toledano D. Rodrigo quien por 1221 dejó escrito que pertenecía a la tierra de Hita, con otras localidades del entorno fácilmente identificables al día de hoy, como Archilla o Caspueñas, con las que tenía pleitos por la propiedad o lindes de algunas tierras.

   Valle Salcis, o Vallem Salzis, que era tanto como decir que era el “Valle de los Sauces”, como lo traducen y aceptan como topónimo desde Eusebio Monge en sus “Topónimos de la Provincia de Guadalajara”, a los estudios más recientes de López de los Mozos, o remotos del cronista Juan-Catalina García López. El Valle no es otro que el del río, o arroyo, del Hungría: “Su nombre nos recuerda que también antiguamente estaba orlado de árboles, tal vez de sauces especialmente”.

   El castellano rey Fernando III, quien amplió las fronteras del reino por el Sur, entregó la tierra de Valdesaz, con San Andrés del Rey, Tomellosa, Roñuela, Castilmimbre, Gajanejos y algunas más, el 18 de octubre de 1234, a don Rodrigo Jiménez de Rada, quien descansó a la eternidad en artístico sarcófago que luce el Monasterio de Santa María de Huerta. En la pertenencia de los arzobispos toledanos se mantuvo hasta el 19 de junio de 1581, cuando la majestad de Felipe II desmembró estos pueblos del arzobispado y los puso en venta, adquiriéndolo, como mejor postor, don García Barrionuevo de Peralta, quien sería señor de las villas de Fuentes (de la Alcarria), y de esta de Valdesaz, pasándolas en mayorazgo a su descendencia. Siendo, don García Barrionuevo, uno de los personajes más conocidos e influyentes de la vida concejil madrileña de los últimos años del siglo XVI, como regidor de la Villa y Corte que fuese. De su vida y milagros, quedan no pocas atribuciones y leyendas que lo hacen alcanzar incluso un cierto halo de santidad, como nos recuerdan los cronistas madrileños de la época, León y Pinelo entre ellos: “El noble y virtuoso caballero García Barrionuevo de Peralta, del hábito de Santiago, señor de la Villa de Fuentes y Valdesaz, cargado de años y de buenas obras, falleció a los noventa cuatro años de su edad, un viernes a nueve de febrero (de 1613), habiendo comulgado, como tenía de costumbre; murió en el Señor con universal sentimiento de toda la Corte. Quince años después se abrió su ataúd, y fue hallado su cuerpo entero y sin corrupción. Escribe su vida Jerónimo de la Quintana, y su descendencia, que es de los marqueses de Cusano. Fue sepultado en San Ginés, en la capilla que llaman del Alma, por las muchas misas que en ella hizo decir por las Ánimas del Purgatorio. Este caballero tiene epitafio en su tumba, puesto por su hijo, Jerónimo de Barrionuevo de Peralta”. Las misas del Alma, que don García ofreció por las del Purgatorio, se cifraron en 340.000.

   Casi un siglo después de que don García adquiriese Valdesaz y lo pusiera bajo la tutela jurisdiccional de Fuentes, los vecinos compraron su derecho a ser una más de las villas provinciales, el 13 de enero de 1673 en la villa, como señal de propia jurisdicción, se alzaba la picota, de madera, en lugar público, y próximo a la población, en la cuesta del Cermenio, la horca en la que, en su caso, habían de cumplirse las últimas penas.

 

San Macario, en Valdesaz

   A los años finales del siglo XVI y parte del XVII, se debe la construcción tal y como hoy la conocemos, de la iglesia de Valdesaz, en la que se dedicó capilla a San Macario, completada por barroco retablo del siglo XVIII.

   Iglesia que a punto estuvo de venirse abajo el 7 de marzo de 1908 a causa del derrumbe de parte de la techumbre que, aunque lo suyo costó, pudo ser reparada prontamente, bendiciéndose de nuevo el 20 de mayo de 1909. Las desdichas para el templo no acabarían entonces, algunas más llegarían con el siglo y, antes de concluir, una chispa de fuego, el 22 de octubre de 1978, la redujo prácticamente a cenizas, perdiéndose el retablo que presidió la capilla, así como la antigua imagen de San Macario, que se fechaba por el siglo XV. La iglesia volvería al culto el 20 de marzo de 1982.

   La tradición, en torno a San Macario en Valdesaz cuenta que: “siendo monje de la Orden de San Benito y prelado de su monasterio; que fuera a consecuencia de la invasión árabe, fuera por huir por completo del mundo, y aun del estrecho campo del claustro, se escondió en los montes de Torija, en un sitio llamado Valle de los Salzes, entonces cubiertos de espesísimas marañas y de bosques impenetrables, y que hizo vida solitaria y penitente en una gruta, que estaba donde después se edificó su capilla actual, teatro durante muchos años de sucesos maravillosos y de estupendos milagros. Así mismo hay la tradición de que sólo se alimentaba de yerbas y de un poco de pan de avena, y quizá se funda en esto la costumbre de que la principal ofrenda que hacen los devotos a la capilla consiste en avena con cuyo producto y el de otras ofrendas se sostiene el culto”; un culto que se aprobó en 1638, llegando a contar con cofradía propia, la Hermandad del Glorioso Señor San Macario. También contó Valdesaz con una reliquia del Santo que, tras una interrupción, ante la duda de su autenticidad, fue aprobada por el Cardenal Lorenzana en 1776. El aceite de la lámpara de su capilla, se contó, curaba las partes doloridas del cuerpo, manos o pies.   

   Sea como fuere, quizá la imagen, el milagro, la historia, o todo al tiempo, nos puede servir de excusa para conocer un poco más el valle, el pueblo, su pasado y, por supuesto, su presente.

 

Tomás Gismera Velasco/ Guadalajara en la memoria/ Periódico Nueva Alcarria/ Guadalajara, 23 de mayo de 2025

 

 

VALDESAZ. UNA VILLA EN LA ALCARRIA

 VALDESAZ. UNA VILLA EN LA ALCARRIA

 

   La historia de Valdesaz (Guadalajara), se reduce como va a verse, a los cambios naturales que han sufrido la mayor parte de los pueblos cuyo origen se remonta a la Edad Media, y que por la pobreza de su vecindario, la situación llana de su caserío y la genial indolencia de los moradores, estuvieron siempre libres de los sacudimientos históricos.

   Fortuna mayor, quizá, que la de trocar un existir oscuro y modesto por la ruidosa y brillante fama que en la historia han producido las continuas catástrofes y los males duraderos.

   Pero la existencia de Valdesaz, con ser humilde, llega hasta tiempos muy de atrás, casi a los linderos de la época misma en que se ganó toda esta tierra del poder de los muslimes. No diré que fuera fundación de estos, porque no autoriza a creerlo su nombre, enteramente latino, antes de adoptar la forma castellana; pero sí consta por modo indudable que ya el arzobispo D. Rodrigo lo mencionaba en 1221, llamándolo con el nombre de Vallem Salzis y diciendo que era aldea de Hita, en un documento que dio para resolver varias cuestiones tocantes a la dehesa que existía entre dicho pueblo, Archilla y Caspueñas. No aparece que fuera propiedad de la mitra primada en aquella ocasión; pero nueve años más tarde era del arzobispado mencionado, puesto que al dotar catorce capellanías que fundó en 1230 en la iglesia toledana, donó para su sustentación las seis aldeas de Brihuega, entre las cuales cita la de Valem Salizis, con todas las heredades y viñas que compramos, aldeas que había dado a su amada villa de Brihuega, siendo de presumir que en los nueve años dichos hizo la adquisición de Valdesaz.

   Otra vez y por aquella época aparece mencionado este pueblo por el mismo Arzobispo, el cual, en el encabezamiento del notabilísimo fuero con que enriqueció la historia patria y premió la adhesión de sus buenos vasallos de Brihuega, advierte que da dicha ley a las aldeas de esta villa, entre las cuales cita a Valde Salze, que con las demás de que habla, había donado a Brihuega. Esta mención y otorgamiento hacen sospechar si la dote de las capellanías de la iglesia toledana no tuvo efecto, o si todavía se conservó después de ella el dominio directo del arzobispo, o acaso que el fuero se dio antes de la dote, lo cual no creo. También es posible que no anduviesen muy deslindadas las jurisdicciones temporales del prelado y de su iglesia, y es lo cierto que transcurrieron los siglos citándose siempre esos lugares como propios del arzobispo de Toledo.

 

Juan-Catalina García López (1906)

 

 

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-I-

La tierra, la geografía y el entorno

Pág. 9

La Alcarria de Valdesaz

El partido de Brihuega

Demografía

Valdesaz en los manuales

Los Diccionarios

Un Topónimo, en torno a un valle

El callejero tradicional

Algunos topónimos del término

 

-II-

Un repaso por la historia

Pág. 25

La conquista de la tierra

La Reconquista

 

-III-

Valdesaz, tras la reconquista

Pág.37

Valdesaz en la mitra toledana

García Barrionuevo de Peralta

 

-IV-

Valdesaz,

entre los siglos XVI y XVII

Pág. 51

La Villa de Valdesaz

 

-V-

Valdesaz, entre los siglos XVII y XVIII

Pág. 65

El Catastro de Ensenada

 

-VI-

Guerra por una Independencia

Pág. 77

El 2 de mayo

Las guerras carlistas

 

 

-VII-

La vida municipal

Pág. 89

El Pósito

La asistencia médica y farmacéutica

Horno de pan cocer

Zofra y ladra o hacendera (prestación personal)

 

-VIII-

Entre el principio y el fin

Pág. 101

Valdesaz. Su patrimonio. La parroquial de la Asunción

San Macario, en Valdesaz

Carnaval, en Valdesaz

Comparsas de Carnaval de Valdesaz

 

 

APÉNDICES:

Pág. 137

Valdesaz en “Brihuega y su partido”; Antonio Pareja Serrada; Guadalajara, 1916.

 

Respuestas de la Villa de Valdesaz al Interrogatorio para el Establecimiento de la Única Contribución (Catastro de Ensenada)

 

Homilía pronunciada el día de la inauguración de la iglesia por Ricardo González.

Marzo de 1982.

 

 

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  • ASIN ‏ : ‎ B0BFTSZ8RV
  • Editorial ‏ : ‎ Independently published 
  • Idioma ‏ : ‎ Español
  • Tapa blanda ‏ : ‎ 169 páginas
  • ISBN-13 ‏ : ‎ 979-8354664658
  • Peso del producto ‏ : ‎ 277 g
  • Dimensiones ‏ : ‎ 13.97 x 1.09 x 21.59 cm

 

 

 

 

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