lunes, mayo 19, 2025

LAS RELIQUIAS DEL SANTO NIÑO PULQUERIO./ La fantástica Historia de las Reliquias de Retortillo de Soria

 

LAS RELIQUIAS DEL SANTO NIÑO PULQUERIO./

La fantástica Historia de las Reliquias de Retortillo de Soria

 

   Retortillo, hoy de Soria; de Atienza ayer, se asoma con la hidalguía de las puertas que circundaron su muralla sobre la sierra de Pela, del Bulejo o de Cabras; en el límite de las hoy provincias de Guadalajara y Soria. Ayer como quien dice era uno más de los pueblos del común de Villa y Tierra de Atienza; del Obispado de Sigüenza y de la provincia de Guadalajara. Sin duda, la de Sollera es una de las puertas más monumentales de esta parte de la tierra que media entre la de Guadalajara y Soria, sin que atrás quede la de San Pedro.

   La ordenación provincial de 1833 añadió la villa de Retortillo a la provincia de Soria, y la adecuación de los obispados a las provincias, andado el tiempo, al de Osma; aunque aquí fue fiesta, y grande, el día en el que alguno de los numerosos obispos seguntinos acudió a la sin par iglesia parroquial de San Pedro Apóstol, sin duda alzada en tiempo en el que los señores de la Villa, los Torres, emparentados con los la Cerda (duques de Medinaceli), adquirieron el título de condes de Lérida, título condal referido no a la Lérida de allende las fronteras pirenaicas, sino a la Lérida de aquí; al pueblecito hoy despoblado en los alrededores de Retortillo en donde don Juan Cabré Aguiló halló por 1912 innumerables rastros del pasado celtibérico de la población, dejando constancia de la existencia de una de las ermitas románicas más populares del entorno, San Miguel, que fue, en tiempos, la iglesia parroquial del lugarcito, ascendido a condado, de Lérida.

   Los Torres, Señores de Retortillo y condes de Lérida, que junto al primero llevaron apellidos tan sonantes a nuestra tierra como Medrano, Trujillo, Lagunas o Tovar, también fueron señores de las Salinas de Bonilla, Alaminos, Renales y algunas poblaciones más, por la Alcarria y por el Señorío de Molina. Y emparentados estuvieron con los atencino-berlangueses Bravo de Launa, como que, incluso las familias, por estas sierras también se dieron la mano.

 


 

 

La tierra del Cid

   También comparte Retortillo de Soria protagonismo en el camino del Cid con las poblaciones colindantes de Guadalajara, por la parte de Miedes de Atienza. Entre ambas poblaciones se encuentra el Torreplazo, al que llegó don Ramón Menéndez Pidal el 23 de mayo de 1903 en compañía del entonces médico de la población, don Jorge de la Guardia; del juez municipal y de algunos políticos locales y comarcales, entre los que no faltó don Luciano Más Casterad, diputado provincial por el partido de Atienza quien, junto a don Ramón y el resto de acompañantes ascendieron a lomos de buenas mulas hasta lo que entonces se llamaron “Las Peñas del Cid”. Don Ramón Menéndez Pidal buscaba, en compañía de su mujer, María Goiri, documentar el paso de Rodrigo Díaz de Vivar por estas tierras. Y a partir de aquí, a juicio de unos, nació la leyenda, puesto que hubo quien combatió el sesudo estudio del Sr. Menéndez Pidal, e incluso, al día de hoy, se aventura a que no por aquí, sino más al extremo provincial, se encontraría el paso por el que Rodrigo de Vivar dejó atrás la vieja Castilla. Estudios más recientes apuntan a la posibilidad de que fue por tierras de Somolinos, por donde don Rodrigo buscó el camino de su nueva fortuna.

   De cualquier manera, ambas poblaciones, Miedes de Atienza y Retortillo de Soria, antes también de Atienza, han quedado unidas a través de la historia por aquel emblemático caballero castellano que tanto ha dado de que escribir en nuestra historia. También comparten, ambas poblaciones, con la capital de la Serranía, Atienza, algunas de las familias de más sonoro apellido por estos lares, a más de los anteriormente señalados, como son los Beladíez, los Trujillo, los Ortega o los Arias de Castro, con asiento por aquí y con casas blasonadas a través de las calles de Atienza.

 

Don Luis de Peñaranda

   Quizá sea, D. Luis de Peñaranda y de la Cerda, el personaje más significativo y popular de la historia de Retortillo, desde el siglo XVI a nuestros días; sin duda perteneciente a la nobleza local que acompañó a los señores de la Villa y que, como el famoso capitán don Juan Bolea, tan recordado en Uceda, anduvo en tiempos del reinado de Felipe II por tierras de Flandes, cuando estas tierras se encontraban bajo la corona de los reyes patrios. Y al igual que nuestro paisano de Uceda, D. Luis de Peñaranda y de la Cerda se distinguió en ciento y una afrenta por aquellos territorios y, cuenta la historia, que hizo algo más; puesto que recorrió media Europa, al servicio de Felipe II, y antes de su padre, el emperador Carlos, a manera de espía para la Corona Española. De él se dice que no se le escapaba secreto alguno de las cortes de Rusia, Francia o Inglaterra. Tampoco, puesto que en torno a él giraba parte de la historia de la cristiandad, del Vaticano.

   Nuestro hombre nació en Retortillo en 1534, le alcanzó la muerte en tierras hoy alemanas, en Colonia, el 5 de julio de 1601, y allí fue sepultado, en el coro de la iglesia del convento de Dominicos existente en aquel tiempo. A su extensa descendencia dejó valiosas obras, en arte, orfebrería y bienes varios, a Retortillo las admirables reliquias de Santa Úrsula, de algunas de las Once Mil Vírgenes, del santo niño Pulquerio… El niño Pulquerio, o San Pulquerio, a juzgar por los escritos legados con su recuerdo, fue uno de los numerosos pequeñuelos que el rey Herodes mandó degollar el día de los Inocentes. Es, sin duda, la reliquia más llamativa de cuantas mandó don Luis.

 


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Las reliquias de Retortillo

   D. Luis de Peñaranda también fue uno de los encargados por el rey Felipe II de reunir cuantas reliquias encontrase, de santos, vírgenes y mártires, que llegarían de su parte al Monasterio de El Escorial; otras pasarían a engrosar su tesoro particular; un tesoro que pocos años antes de su muerte remitió don Luis, como decíamos, desde Colonia hasta Alicante, a donde llegaron procedentes de Génova y Milán. A recibirlas salió, desde Miedes, don Pedro Trujillo de Peñaranda, primo del remitente, escribano a la sazón de Miedes y de Atienza quien, junto a algunos arrieros que con él partieron, a lomos de dos mulas, las trajeron hasta Atienza y luego a Miedes. Aquí llegaron el 15 de mayo de 1599, depositándose en la iglesia parroquial donde aquel día hubo fiesta mayor; partiendo a la mañana siguiente, 16 de mayo, domingo, hacia su destino final: la iglesia de Retortillo, con el acompañamiento de un centenar de hombres galantemente ataviados. En los caminos, desde Miedes hasta Retortillo, se cuenta, se encontraban decenas de hombres y mujeres ansiosos de contemplar el paso y adorar aquellas Santas Reliquias, puesto que la voz del paso de la procesión corrió de extremo a extremo por toda la Serranía, y a ellas acudieron desde Atienza hasta el extremo provincial, por Cantalojas y Villacadima; a más de las autoridades locales de ambos pueblos. A Retortillo llegaron a eso del mediodía, entre alabanzas y repiques de campanas.

   De las reliquias se hizo cuenta documentada: tres cabezas de santas vírgenes y mártires compañeras de Santa Úrsula; maná del cielo; un diente de Santa Apolonia; un hueso de Santa Isabel; leche de la Virgen; un diente de Santa Cristina; un hueso de San Severino; un paño de San Miguel; la cabeza de San Pulquerio, traída de Jerusalén… Para el Obispo de Sigüenza, García de Loaisa, remitía don Luis de Peñaranda la cabeza de San Florentino, que el Sr. Obispo cedió a la iglesia de Retortillo.

   Y, todos los años, salen en procesión. 

 

  Tomás Gismera Velasco/ Guadalajara en la memoria/ Periódico Nueva Alcarria/ Guadalajara, 16 de mayo de 2025

 

RETORTILLO DE SORIA (Soria)

 

RETORTILLO DE SORIA

(Soria)

Historia, Entorno y Gentes

 

   Retortillo de Soria, uno de los 346 municipios enclavados en la provincia de Soria, con rango de villa, está situado al Sur de la provincia, en la vertiente Norte de la Sierra de Pela, perteneciente al Sistema Central, que cual gigante murallón separa ambas Castillas. De esta villa podríamos decir con Machado: “Está entre serrezuelas calvas, colinas oscuras, coronadas de robles y encinas y desnudos peñascales”. O según en hilo del viejo poema, sito a la vera de los caminos que recorriera el Cid. Encabeza una comarca de tierra dura y difícil, donde más de veinte pueblos, en su mayoría aldeas pequeñas, “ven a sus pobres hijos huyendo de los lares”.

   Es agrícola y ganadera; sus hombres sanos, ágiles, sufridos, piadosos y honrados y amantes de la cultura. Su periferia recorrida por restos de muralla, recordadora de aquellos tiempos de moros y cristianos, está sembrada de arqueología y arte. Se conservan con amor y pureza gran parte de sus nobles tradiciones, costumbres, fiestas y trajes regionales.

 

Eusebio Rodríguez Chamarro, Cura Párroco

Revista de Soria, Año I, nº 2, Soria 1967

 


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EL LIBRO:

  • ASIN ‏ : ‎ B0DSZYTV8K
  • Editorial ‏ : ‎ Independently published
  • Idioma ‏ : ‎ Español
  • Tapa blanda ‏ : ‎ 263 páginas
  • ISBN-13 ‏ : ‎ 979-8306907055
  • Peso del producto ‏ : ‎ 408 g
  • Dimensiones ‏ : ‎ 13.97 x 1.68 x 21.59 cm




 


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SUMARIO:

-I-

Un apunte geográfico, y algo más / 9

-II-

Sobre los tiempos primitivos / 21

-III-

Retortillo en la Edad Media / 33

-IV-

Retortillo, entre dos siglos / 45

-V-

Un siglo en guerra / 69

-VI-

Un siglo en guerra / 85

-VII-

La Sociedad rural / 115

-VIII-

La Iglesia / 125

-IX-

La fiesta y el costumbrismo / 155

-X-

Retortillo, crónica del siglo XX / 171

-XI-

Rodrigo Díaz de Vivar, El Cid Campeador /191

-XII-

Las Santas Reliquias / 205

 

Apéndices / 213

 

Revista de Soria, Año I, nº 2, Soria 1967

 


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