viernes, abril 25, 2025

ATIENZA EN LETRA DE SUS PUBLICISTAS

 ATIENZA EN LETRA DE SUS PUBLICISTAS

Periodistas, médicos, escritores y corresponsales, que la dieron a conocer

 

   Por estos días, en los que en toda España se celebra el Día del Libro, con ferias, charlas y, por supuesto, exposiciones literarias, no está de más recordar que, además de quienes escribieron sesudos tomos sobre la historia de nuestros pueblos, también hubo y hay otros muy numerosos grupos de escritores que, a través de las páginas de la prensa, diaria o semanal, dieron a conocer aspectos diarios, históricos o eventuales, de la vida pasada de nuestro entorno. Fueron, ante todo, publicistas de la tierra que les vio nacer, o que les admitió como ilustres vecinos.

   A través de estas páginas hemos conocido algunos hombres de quienes dieron a nuestros pueblos serranos la relevancia que su pasado merece. Hoy nos detenemos en Atienza que es, sin duda, una de las poblaciones que más tinta ha hecho correr a través de la crónica escrita.

   Por supuesto que son decenas los nombres que han firmado al pie de una columna; los que siguen son tan solo unos cuantos; no nos caben todos.

 


 

 Pioneros de la letra ilustrada

   Dos fueron las revistas que a mitad de camino entre el siglo XIX y el XX quisieron dar a conocer el pasado y presente de la villa; una de ellas, “El Arco de San Juan”, fue de vida efímera, puesto que únicamente se editaron uno o dos ejemplares que ni siquiera han llegado a nuestros días. La segunda: “Atienza Ilustrada”, ha pasado a la historia tanto por sus colaboradores como por sus informaciones, ya que nos dejó el reflejo de su tiempo. Una fue heredera de la otra, por supuesto, de la misma manera que la ilustración atencina continuó extendiéndose por los entonces medios de prensa provinciales, sacando a la luz, a través de las gentes que la dieron ser, el sentir de la villa.

   Por aquí pasaron Eduardo Contreras, quien con sus escritos recorrió medio mundo antes de sentar los pies en la tierra de Brihuega; Elvira Solís y sus poemas; Julián Amo; el médico Luis de la Guardia, quizá uno de los mejores caricaturistas de este tiempo; José María Pascual, Guillermo Yangüela o el farmacéutico de Jadraque, Jacinto Abós, pionero de la fotografía en el entorno; sin que nos falten plumas de más calado fondo como Ignacio Calvo o Santos Bozal. Por supuesto, aquí se inició en el arte literario Isabel Muñoz Caravaca, a quien podríamos definir como “la maestra cascarrabias”, en el mejor sentir de la expresión. También su hijo, el insigne poeta Jorge Moya.

 

Maestros, más allá de las aulas

   Si Isabel Muñoz Caravaca, al igual que su hijo, ambos maestros, fueron pioneros en el arte de dar cuenta a través de las crónicas escritas a través de la prensa del acontecer diario de Atienza, a estos siguieron numerosos maestros más. Desde el gran pedagogo Isidro Almazán Francos-Rodríguez, quien ha pasado a la historia como “el Apóstol del Magisterio”, que en Atienza fue pionero al fundar la Asociación Mutual de Maestros, junto a la también maestra atencina María Morterero, y quienes a través de la prensa contaron el diario devenir de Atienza, al turolense Bruno Bayona y su mujer, la también maestra Agustina Pardo.

   Don Bruno Bayona, maestro de toda una generación de hijos de la villa animaría, en los primeros años de la década de 1930 las actividades de las Misiones Pedagógicas, e instaría a través de sus crónicas en la prensa escrita a que los munícipes atencinos pusiesen la mirada en sus históricos monumentos que, por estos años, se desplomaban vencidos por el tiempo: “Yo suplico al Ayuntamiento de Atienza, a los vecinos pudientes, a toda persona de buena votad, se restauren sus monumentos, sus iglesias, sus murallas, su castillo, que se ponga siquiera una cubierta de teja en los que están descubiertos, y que se planten árboles en las faldas de la villa…”

   No ha de quedar a un lado don José Luis Bosgos Rodríguez-Carreño quien, llegado a Atienza en los primeros años de la década de 1950, contó a propios y extraños lo que en Atienza sucedió en este tiempo, a través de los semanarios provinciales; hasta que dejó la población cuando la década de 1960 se partía por la mitad.

 

Atienza, historia y cronica del siglo XX (Pulsando aquí)

 

 

Médicos y veterinarios, al pie de la letra

    Sin duda, entre las primeras crónicas escritas del devenir de Atienza que conocemos, se encuentran las de don Jorge de la Guardia, sus hijos y, por supuesto, el doctor Solís. Todos ellos fueron pioneros en la medicina serrana, tanto como en la industria, puesto que algunos de ellos fueron fundadores de la “Eléctrica de Santa Teresa”, que llevó la electricidad, desde Somolinos, a una parte importante de la serranía de Guadalajara y, traspasando fronteras, de las poblaciones limítrofes de Soria.

   También los veterinarios, a través de don Francisco Espeja Cabellos, dieron cuenta de los sucedidos de Atienza, sacándola del entorno para pasearla por la provincia a través de los medios de prensa conocidos, animando la visita, y a las autoridades a mantener el entorno, algo que, a juzgar por la constancia de las crónicas, no debía de estar a la orden del día.

   Tal vez, uno de quienes dejaron su figura plasmada en el entorno fuese don Bonifacio Escudero López, hombre de recia estampa quien, llegado a la tierra en los primeros años de la década de 1940 no tardó en hacerse un hueco en la vida cultural de la villa. Al tiempo que ejerció como médico de Atienza se ocupó ocasionalmente de ejercer como cronista de prensa para algunos semanarios, siendo igualmente aficionado a la poesía y la pintura. La jubilación le llegó en 1973, entonces hizo la maleta y pasó a Guadalajara, en donde falleció el 6 de mayo de 2000.

 

SEMBLANZAS DE ATIENZA, CONOCE MÁS PULSANDO AQUÍ
 

 

Y, algunos nombres más

   Carmen Díez de Rivera y de Icaza, hija de la marquesa de Yanzol, fue en su tiempo conocida como “la musa de la Transición”, y pudo serlo de Atienza; también fue autora de unas cuantas obras de indudable éxito. A Atienza llegó de la mano de su tía, la marquesa de Aledo, tras adquirir y reconstruir la antigua iglesia de San Salvador. Sería en estas páginas de Nueva Alcarria donde al promedio de aquellos años, dio a conocer sus simpatías literarias por Atienza; hizo más, logró que el entonces Ministro de la Gobernación, don Camilo Alonso Vega, firmase para Atienza algunas suculentas cantidades para la urbanización del municipio y, como una de las zonas a las que más se dedicó la mirada con lo que el ministro concedió fue la llamada “Plaza de Mecenas”, o de “los cochinos”, por establecerse en ella el mercado semanal de estos animales, Carmen Díaz de Rivera alcanzó del Sr. alcalde de aquel tiempo el compromiso de dedicar la plaza a don Camilo, y así parece que el consistorio  lo aprobó, Carmen Díez de Rivera lo comunicó a través de Nueva Alcarria, al mundo… Después el Alcalde se lo pensó dos veces y la plaza continuó como estaba.

   Tampoco ha de faltar, en esta pequeña crónica de memorias, la letra del periodista Luis Carandell Robusté quien, llegado a Atienza en los últimos años de la década de 1960, la sacó a pasear a través de sus escritos en la prensa nacional, lo mismo que a través de sus libros, cuantas veces le fue factible; considerando el campo santo de la villa como uno de los de mayor amplitud paisajística. A él se vino a descansar a la eternidad cuando le alcanzó la parca.

   Son tan solo un ligero ramillete de nombres, los que nos sirven para recordar que, también a través de la prensa provincial, la letra escrita tiene su arte.

 

Tomás Gismera Velasco/ Guadalajara en la memoria/ Periódico Nueva Alcarria/ Guadalajara, 25 de abril de 2025

 

 

HISTORIA DE LA VILLA DE ATIENZA

 HISTORIA DE LA VILLA DE ATIENZA
DE LOS ORÍGENES AL SIGLO XIX

 

   Atienza, en el norte de la actual provincia de Guadalajara, fue desde siempre una villa con función defensiva, como ya recogiera el Cantar de Mío Cid. Emplazada en el extremo oriental de la divisoria entre el Tajo y el Duero, cerca también del sistema ibérico y de la raya de Aragón, ruta esta que guarda Sigüenza, sobre el Henares.  Tal función defensiva alcanzó gran importancia cuando la frontera cristiano-musulmuna se situó por estas tierras, manteniéndose después por la oposición entre reinos cristianos hasta la unión de Castilla y Aragón. Convertida en centro comarcal, mantuvo su tono urbano durante siglos, perdurando su noble prestancia, su sobrecogedora belleza urbasna, su historia… Como escribiese Antonio Lopez Gómez.

    Una población por la que se paseó la historia de España. Coronada por su imponente castillo; elevada a la cima del arte por su multitud de iglesias románicas; por la corona de su muralla.

   Todo hace que, Atienza, sea admirada, y admirable.

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HISTORIAS DE LA VILLA DE ATIENZA

 

   Tendríamos que remontarnos a los albores del siglo XVII para encontrar la primera “Historia de la Villa de Atienza”, escrita y documentalmente preparada por quien fuera en aquel tiempo escribano del Concejo de Atienza, don Francisco de Soto y Vergara.

   Poco conocemos de la obra de Soto y Vergara, salvo que a partir de entonces sería utilizada por numerosos autores que, a partir del siglo siguiente, escribirían sobre la Villa de Atienza.

   Su densa historia, su entrada por la puerta grande de la historia de Castilla y por ende de España, la hicieron siempre apetecible a los escritores, literatos o historiadores.

   En la obra de Francisco de Soto basó numerosas de sus citas el clérigo e historiador Francisco Flórez, y la obra de Soto y Vergara se tomó como base de los escritos del “anónimo” beneficiado de la Iglesia Parroquial de Santa María del Rey, que dio a la luz, siquiera local, su “Breve Relación Historial de la Villa de Atienza”; a la par que esta salió la que escribió, relacionó y remitió al geógrafo Tomás López, en 1786, el también clérigo, arcipreste de la iglesia parroquial de San Juan del Mercado, don Joaquín de Iturmendi.


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    Las nociones históricas del Sr. Iturmendi servirían, tiempo adelante, para nuevas historias, y citas en los diccionarios y enciclopedias que, a partir de los años finales del siglo XVIII se dieron a conocer en España, entre ellos los llamados de Sebastián Miñano (1827) y Pascual Madoz (1847).

 


 ATIENZA, CRÓNICAS DEL SIGLO XX (Pulsando aquí)


   Con Pascual Madoz colaboraría quien, por aquellos tiempos, ocupó igualmente cargos de secretaría y escribanía en los ya ayuntamientos de Atienza, entre otros numerosos de la comarca y provincia, Dionisio Rodríguez Chicharro quien, entre las numerosas obras que dejó para conocimiento de la provincia y la serranía, se encontró una nueva “Historia de la Villa de Atienza”, datada en torno a 1870.

   A partir de aquí, numerosos autores tomaron datos y esbozaron parte de la historia de la villa en prensa y publicaciones varias, del mismo modo que el nombre de Atienza salió a relucir en obras literarias, en la novela y el teatro, principalmente a partir de la mitad del siglo XIX, después de que José Muñoz Maldonado, conde de Fabraquer, se hiciese cargo de relatar la historia medieval de Atienza en una de sus obras.

   Entrados en el siglo XX fueron los cronistas provinciales Juan-Catalina García López, Antonio Pareja Serrada y Manuel Serrano Sanz quienes dieron a la luz algunos notables trabajos basados, lógicamente, en estudios y escritos anteriores.

   A Francisco Layna Serrano legó el anterior cronista provincial, Manuel Serrano Sanz, sus notas en torno a la villa. Con ellas y sus propias investigaciones, dio a la luz, en 1945, la hasta ahora más conocida y renombrada “Historia de la Villa de Atienza”.

 

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   De entonces a hoy aquella obra de Francisco Layna ha servido para que algunos otros estudiosos o historiadores hayan reproducido textos conocidos de la historia de la villa hidalga.

   La que ahora presentamos es complementaria de la gran obra de Francisco Layna Serrano, que ha de referenciarse y tomarse obligatoriamente como base para llegar al día de hoy, complementando, repetimos, y acompañando las nuevas líneas históricas que el tiempo ha ido añadiendo y que, en tiempo pasado, no fueron posibles.

   Por supuesto que, tras esta, deberán obligatoriamente aparecer otras “Historias de la Villa de Atienza”, pues el tiempo añade líneas por descubrir al mañana, de lo que permaneció ayer oculto.

   En cualquier caso, es, la historia de la Villa de Atienza, una página siempre abierta, siempre elocuente, y siempre dada al examen y la revisión.

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LIBRO TAMAÑO GRANDE: 17,78  X 25,04

 

EL LIBRO: 

 

  • ASIN ‏ : ‎ B09MYVXJ1D
  • Editorial ‏ : ‎ Independently published
  • Idioma ‏ : ‎ Español
  • Tapa blanda ‏ : ‎ 411 páginas
  • ISBN-13 ‏ : ‎ 979-8762448253
  • Peso del producto ‏ : ‎ 708 g
  • Dimensiones ‏ : ‎ 17.78 x 2.06 x 25.4 cm

 


 

 

 

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