viernes, noviembre 27, 2020

ALGUNOS NOMBRES PARA LA HISTORIA DE CANTALOJAS

ALGUNOS NOMBRES PARA LA HISTORIA DE CANTALOJAS
La población destacó a lo largo del siglo XIX a través de la familia Gordo Sáez

 

   Cantalojas es hoy uno más de los numerosos pueblos de la provincia de Guadalajara que rodeado de un hermoso paisaje, y arropado por una hermosa historia, con el añadido de las leyendas de su castillo de Diempures, nos muestra su historia a cada paso.

   Quizá el último pueblo de Guadalajara, por la distancia hacía la capital provincial, y porque se encuentra rayano con la provincia de Segovia, en la sierra de Ayllón y limítrofe con la antigua tierra de Atienza. A pesar de que perteneció, desde la época de la Reconquista a la vieja Castilla y sus históricas provincias de Burgos y Segovia antes de integrarse, avanzado el siglo XIX, en la de Guadalajara. Fue una más de las poblaciones que en ese siglo pasaron a Guadalajara, junto a Villacadima y algunas otras que hoy se agazapan a las faldas del Alto Rey.




   Algunos de sus naturales dejaron su nombre inscrito en la historia, de Castilla y del reino. Siendo uno de los primeros, sin duda, quien fue nombrado “Benemérito de la Patria”, y cuyo nombre se inscribió entre el de los héroes de la Independencia Castellana, sobre el Arco de Santa María de Burgos, allí resuena a héroe el nombre de Pedro Gordo Sierra.

   Su hermano, don Juan Gordo Sierra, quien contrajo matrimonio con doña Juana Sáez Sánchez, natural de Budia y hermana del obispo que fuera de Tortosa, don Víctor Damián, fue sin duda el progenitor de una de las sagas familiares más representativas de la localidad. Del matrimonio nacieron al menos seis hijos cuyos nombres, de una u otra manera, han pasado a la historia. Don Juan falleció en Cantalojas, en cuya iglesia fue enterrado; su mujer lo hizo en Sigüenza, enterrándose en la catedral. Quizá le llegó la muerte cuando acompañaba a uno de sus hijos ilustres, don Damián Gordo Sáez.

 

Damián Gordo Sáez

   Fue, sin duda, el más conocido de los hermanos, al seguir la carrera eclesiástica de sus tíos sacerdotes, don José Joaquín, Ambrosio y Tiburcio Sáez Sánchez, párrocos de Cantalojas, Carabias y Pareja, y continuar los pasos de otro de sus tíos Víctor Damián, el obispo de Tortosa.

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   Nació en Cantalojas el 19 de enero de 1797 y murió la noche del 23 al 24 de diciembre de 1855 en la casa episcopal de Bitem (Tortosa), de donde fue nombrado nuevo obispo a la muerte de su tío, y en la que gobernó por espacio de poco más de seis años, puesto que tomó posesión de ella el 26 de octubre de 1848 y falleció en el mes de diciembre de 1855, no sin antes dejar situados en el mundo de la política y los negocios a alguno de sus hermanos, entre ellos a Víctor Gordo Sáez.

 

Víctor Gordo Sáez

   Nacido como los demás en Cantalojas, en 1800, se dedicó a los negocios mineros que enriquecieron a la familia, con explotaciones principalmente en la provincia de Soria, donde estableció una de las primeras fábricas dedicadas al asfaltado de alquitrán para calles y carreteras; industria pionera en España para la época en que se fundó, en la década de 1850. Sin que escapase, como sus hermanos, a las críticas públicas influenciadas por la política de su tío Víctor Damián.

   Contrajo matrimonio con su prima Juliana Isidra García Rodrigo y García-Sáez, hermana de quien también fuese uno de sus socios en aquellas empresas, el escritor, historiador y científico Francisco Javier García Rodrigo y García-Sáez. Víctor Gordo falleció en Madrid en 1875.

 

José Gordo Sáez

   Nació en Cantalojas en 1802, siguiendo como alguno de sus hermanos la carrera de Derecho en la Universidad de Alcalá, que dejó por la de Gramática. Siguió las ideas carlistas de la familia, e ingresó en la contaduría del Ejército de Castilla la Vieja, donde llegó a desempeñar, no sin las críticas correspondientes y merced a las influencias de su tío Víctor, el cargo de Intendente Pagador, con destino en Valladolid.

   Tentado por la política, como alguno de sus hermanos, se presentó a diputado por la provincia de Guadalajara en las elecciones a Cortes de 1843. Sin dejar de trabajar en Madrid y Guadalajara como administrador de los bienes de su hermano Damián, obispo de Tortosa, jubilándose como intendente militar, y muriendo en Valladolid en el mes de abril de 1868.

 

Ambrosio Antonio Gordo Sáez

   El cuarto de los hermanos varones, Ambrosio Antonio, nació también en Cantalojas, en 1805.

   Estudio leyes en la Universidad de Alcalá, incorporándose como Abogado de los Reales Consejos en 1830, siendo designado el 24 de enero de 1831 oidor de la Audiencia de Canarias.

   Al estallar la primera guerra carlista se puso al servicio del carlismo, dejando Canarias para desempeñar distintos cargos, entre ellos el de Asesor del Cuerpo de Ingeniería y Artilleros al servicio del pretendiente D. Carlos de Borbón, para lo que se trasladó a Tolosa; igualmente fue Asesor de la Superintendencia general de Hacienda. Hasta que firmada la paz y acogido al “Abrazo de Vergara”, es decir, a la amnistía que siguió al fin de la guerra, regresó a su antiguo cargo, de donde pasó a ser magistrado de la Audiencia de Valladolid, y más tarde promovido a la magistratura de la Audiencia de Zaragoza, para terminar su vida laboral en la Sala Segunda de la Audiencia de Cáceres, de la que fue jubilado el 20 de noviembre de 1868.

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Andrea Gordo Sáez

   Nació Andrea Gordo Sáez en Cantalojas el 3 de septiembre de 1797, siendo la primera en abandonar la casa familiar al contraer matrimonio, indudablemente de conveniencia y por intereses de su tío, con don José Manuel Teruel de los Escuderos, quien desempeñaba los cargos de Fiscal de Penas de Cámara, Gestor de Justicia del Reino y Promotor de Causas de Montes.

   Don José Manuel había nacido en Rus (Jaén), el 21 de junio de 1763, por lo que la diferencia de edad entre ambos al momento del matrimonio era significativa, 34 años. Se casaron en Madrid el 10 de mayo de 1818.

   Del matrimonio nacieron seis hijos: León Gonzalo; José; Víctor; Rafael; Juana y Damián Teruel de los Escuderos y Gordo.

   Andrea Gordo Sáez murió en Madrid, en estado de viuda, a los 39 años de edad; falleció el 6 de marzo de 1836; su marido había muerto años atrás, en 1828.

 

Juana Francisca Gordo Sáez

   Juana Francisca, la menor de los hermanos, nació en Cantalojas el 3 de noviembre de 1806, marchando junto a su hermano Damián a Tortosa, donde contrajo matrimonio el 6 de julio de 1832, con uno de los más destacados personajes del carlismo de la comarca, don José Antonio de Oriol y Salvador, hijo de quien fuese uno de los mayores defensores del carlismo en la zona, don Antonio José de Oriol y Durán, padre igualmente de don Buenaventura de Oriol y Salvador, quien recibió el título de “Marqués de Casa Oriol”, que pasó a su fallecimiento a don José María de Oriol y Gordo, hijo de nuestra doña Juana Francisca, y de don José Antonio; título que continuó en sus descendientes, hasta llegar a don José María de Oriol y Urquijo, VII marqués; hijo del fundador de Talgo e Hidroeléctrica Española, don José Luis de Oriol y Urigüen ; en la actualidad el título lo ostenta el arquitecto don Miguel de Oriol e Ybarra.

   Nombres y apellidos que son, sin lugar a dudas, y como reseñábamos al inicio, signo de identidad para la historia de esta pequeña población que hoy se nos pierde entre los pliegues serranos de una tierra que tantas cosas nos tiene todavía por contar.


Tomás Gismera Velasco
Guadalajara en la memoria
Periódico Nueva Alcarria
Guadalajara, 27 de diciembre de 2020

 

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