lunes, julio 13, 2015

DE LA COFRADÍA DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, DE ATIENZA



DE LA COFRADÍA
DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS,
DE ATIENZA


Tomás Gismera Velasco

   Complementando lo ya publicado en torno a la Cofradía del Sagrado Corazón de Atienza (Atienza de los Juglares, núm. 27), nos disponemos a ofrecer algunos datos más en torno a esta celebración que fue, en Atienza, ampliamente seguida a través de los años, hasta que en la década de 1940 comenzó a decaer al ritmo que la emigración comenzaba el éxodo hacía las capitales, dejando a Atienza con el paso de los días más solitaria.

   Como entonces apuntábamos, el 12 de junio de 1752 se congregaron y aprobaron las constituciones por gran número de personas de varias clases sociales de Atienza, entre ellas D. Antonio Medinilla, tesorero de la catedral de Sigüenza; D. Manuel Blanco Medinilla, prior de la misma; D. José Blanco Medinilla, su canónigo; el Dr. D. Manuel Mirallas, cura de Anguita, y otros curas y sacerdotes de varios pueblos; D. Andrés Verdugo y Oquendo, decano de la Audiencia de Santa Fé de Bogotá; D. Juan Antonio Santa María, alcalde mayor de Atienza, D. Narciso Verdugo y Beladíez, señor de Torremocha.

   La relación completa de los integrantes de la Congregación primitiva nos la ofrece Julio de La Llana Hernández a través del semanario El Henares de Sigüenza, así como de su publicación “El Eco del Sagrado Corazón de Jesús”, órgano de las iglesias de Atienza, igualmente nos informa de que la devoción hacía el Sagrado Corazón había comenzado en Atienza en 1746, en la parroquia de la Santísima Trinidad, donde continúa. Julio de la Llana nos transcribe el Acta de Constitución:

   Ilustre Congregación del Sagrado Corazón, el 1752. A HONRA Y GLORIA DE DIOS y de su Sacrosanta Madre.   En la villa de Atienza, a doce días del mes de junio de mil setecientos cincuenta y dos, por ante mí el presente Notario, juntos y congregados en la referida Iglesia (la Stma. Trinidad) por la mayor parte de los señores Doctor Martín Carrascal y Rivera, Beneficiado de Preste de San Miguel de Peñafiel: Juez Apostólico, Conservador de la Real Casa de San Antonio Abad, de esta Villa, y cura propio de las Iglesias Parroquiales de Santa María  del  Rey y  de la  Santísima Trinidad; D.  Juan Medinilla,  Dignidad de Tesorero de la Santa Iglesia Catedral de Sigüenza; D. Manuel Blanco Medinilla, Dignidad de Prior de dicha Santa Iglesia; D. José Blanco Medinilla, canónigo de ella; don Fray Francisco Pastor y Romero, comendador de la dicha Real Casa de San Antonio Abad; el doctor don Juan Mirallas, Cura de Anguita; don Francisco Mazón, Cura de Ciruelas, Diócesis de Toledo; D. Nicolás Gutiérrez Mier, Cura de Fuencemillán y de la misma Diócesis; D. Juan Garcés, Cura de Membrillera; D. Santiago Baraona, Cura de San Pedro de Almazán; D. Pedro Pascual Bretón, Cura de Argecilla; D. Pedro Ramírez de Arellano, Cura de Miedes; D. Felipe Díez, Cura de La Bodera; D. Manuel Lucía, Cura de Alpedroches; don Antonio Texade, Vicario de Carrascosa; D. Juan Rata, Cura de Riofrío; D. Tomás Carrascal y Rivera, Beneficiado de Preste de San Miguel de Peñafiel, Diócesis de Palencia; D. Antonio Ramiro, Cura de Aldeanueva de Risezuela [la Serrezuela], Diócesis de Segovia; don Sebastián Rodríguez, don Francisco Mingo, D. Felipe Rodríguez, D. Francisco Galán, D. Francisco Benito Blas, D. Manuel Baqueriza, D. Pedro Aguilar, D. Ambrosio Abadía, don Francisco Ventura Manuel de María, D. Antonio Albertos, D. Manuel Cabellos; D. Manuel Santos, D. Joaquín Álvarez y D. Antonio Roldán, Presbíteros, Capitulares y Beneficiados de esta Villa; D. Fray Juan Pastor y Romero, Presbítero Claustral, Predicador del Hábito de San Antonio Abad; el Licenciado D. José Carrascal y Rivera, Abogado de los Reales Consejos y Corregidor de la Villa de Fuentidueña y D. Manuel Arias de Saavedra, vecino de la Villa de Jadraque, ambos congregantes fundadores; D. Andrés Berdugo y Oquendo, del Consejo de Su Majestad, Decano de la Real Audiencia de San Fe de Bogotá; D. Juan Antonio de Santa María, Alcalde Mayor de esta Villa; D. Francisco Veladíez y Torres, Regidor Perpetuo y Alguacil Mayor; D. Martín Carrascal de Aparicio, Alcalde Ordinario de la Villa de Peñafiel; D. Narciso Berdugo y Veladíez, señor de Torremocha; D. Juan Bautista del Pozo, vecino del lugar de Braojos; D. José Veladíez y Hortega; D. Jerónimo Ramírez, vecino de la Villa de Ayllón, Mayordomo Pontifical y del Excelentísimo Señor Marqués de Villena; D. 917 José Cabrerizo; D. Miguel Rodríguez, Teniente Alcalde Mayor de esta Villa; D. Diego Vellosillo, D. Miguel Brindas, Manuel de Mingo y Juan Rodríguez, por sí, y por los demás, a quienes en adelante, convenga, dijeron: Que deseando extender el Culto y devoción del Santísimo Corazón de Jesús, que principió seis años ha en la mencionada Iglesia de la Santísima Trinidad, con Novena, Misa solemne, don Descubierto, etc., etc.,  determinaban  y determinaron crear y fundar y de hecho fundan y crean en la Iglesia Parroquial de la Santísima Trinidad de la referida Villa, una Esclavitud y Congregación, con el título de Dulcísimo CORAZÓN DE JESÚS, dirigida a los fines que se expresan en la Dedicatoria al CORAZÓN Dulcísimo de MARÍA SANTÍSIMA…
   



   Nos da igualmente cuenta de alguna de las normas que debían cumplir quienes se integraban en la cofradía, debiendo de ser 72 los congregantes en clara referencia a las 72 espinas de la corona de Cristo. Al Corazón de Jesús, en sus casas o en la iglesia, debían de visitarlo al menos dos veces al día. Continuando con toda la serie de recomendaciones religiosas: pláticas los viernes segundos de cada mes; ejercicios espirituales los jueves; procesiones, etc.

   Disponía entonces la Cofradía de su correspondiente estandarte con dos faroles, que debía encabezar la procesión que en las festividades señaladas llevaba a los congregantes a cinco de las parroquias que eran designadas por la Junta, en visita penitencial.

   El Hermano mayor siempre sería el cura párroco de la iglesia de la Santísima Trinidad y en todos los barrios, bien distribuidos, habría enfermeros y enfermaras, a imagen de otras cofradías, que debían cuidar o auxiliar a los congregantes enfermos.

   Para ingresar era necesario ofrecerse a defender el Soberano Misterio de María Santísima y procurar extender el culto al Sagrado Corazón de Jesús.

   La de Atienza, como tantos otras más, solicitó ser admitida  en la Real y Primitiva de Madrid, lo cual fue aceptado el 29 de octubre del año de la fundación de la Congregación, 1752, año en el que igualmente se imprimieron dichas constituciones, en Madrid:

   En la imprenta de Francisco Xabier García, calle de la Salud, a los pies del Carmen Calzado. Año de MDCCLII.

   El título completo de las constituciones: Constituciones, estatutos y ordenanzas de la IIIer Congregación del Sagrado Corazón de Jesús, fundada en la Iglesia Parroquial de la Santísima Trinidad de la Villa de Atienza año de 1752. Dedicada al Dulcísimo Corazón de María Santísima.

   Las constituciones se complementaban con un articulado que se extendía a 24 recomendaciones y disposiciones, de obligado cumplimiento.

   El retablo que a modo de capilla debía de presidir las plegarias de sus congregantes sería obra del retablista atencino Diego de Madrigal.

   Uno de los actos más representativos de la congregación era la entronización del Sagrado Corazón en la casa de los nuevos congregantes, o de sus hermanos mayores, que quedaban distinguida con la incorporación a la puerta de sus casas respectivas de la placa que muchos hemos conocido, representando la imagen del Corazón de Jesús.

   Disponemos de alguno de aquellos testimonios, a través de la prensa de la época, en cuanto a la entronización:

   -1919.: Con gran solemnidad se ha celebrado la entronización del Sagrado Corazón de Jesús en la morada del laborioso industrial don José Ruilópez.
   El Arcipreste, D. Mariano Aguilar pronunció una sentida plática y terminada la ceremonia religiosa, les fue servido a todos los invitados un espléndido lunch. (La noticia corresponde al mes de abril).

      -1919.: El 27 de junio se hizo la entronización del Sagrado Corazón de Jesús, en el hogar de Doña Remigia Alonso.
   El trayecto recorrido para llevar la sagrada efigie, estaba artísticamente adornado con flores y plantas, y el altar donde se colocó, profusamente alumbrado. Los invitados fueron obsequiados espléndidamente por la señora de la casa, que amablemente acudía a todos secundada por las señoritas de Galán.

   -1920.: El día 6 del actual (enero), fue hecha la entronización del Sagrado Corazón de Jesús en casa de los Sres. de Gallego.
   Al acto, que resultó por lo demás conmovedor, asistió selecto y numeroso público, el que fue después amablemente obsequiado por estos señores.
   La linda imagen fue llevada procesionalmente hasta su trono por el digno sacerdote don Rufo Orea mientras que dos niñas preciosas, Teresita Gallego y Encarnación Arenas, entonaban cánticos propios del solemne acto.

   -1920.: El día 18 (de enero), se hizo públicamente la entronización del Sagrado Corazón de Jesús en doscientos hogares de esta villa.

   Una imponente manifestación recorrió las calles, deteniéndose en los sitios que de antemano se habían ya dispuesto y adornado en los cuales aguardaban con su imagen las familias que a cada sección pertenecían.

   Después de terminado este acto todos los fieles se cogregaron en el templo de la Santísima Trinidad, donde colocaron de nuevo la preciosa imagen del Sagrado Corazón, luego de haber presidido todas las entronizaciones y donde el Director de la Asociación pronunció una sentida plática.

   -1920.: El 22 (de febrero) fue hecha la entronización del Sagrado Corazón de Jesús en la casa del concejal de este ayuntamiento D. Mariano Castel.

   La preciosa imagen hecha en Valencia recorrió procesionalmente gran parte de la casa, de cuyas paredes pendían en artística armonía flores diminutas y hiedra en abundancia. Muchas plantas de salón embellecían las estancias. Después de hecha la entronización todos los invitados pasaron al comedor donde fueron obsequiados en abundancia.

   Al Sr. Castel y su señora enhorabuena por el solemne acto, y a su hijo Saturnino y su sobrina Petra Barbero, enhorabuena también por los motetes que elevaron a Jesús.

   Así como relatos en torno a su celebración:

   1914: La Asociación de la Guardia de Honor ha adquirido para su culto una preciosa imagen del Sagrado Corazón de Jesús.

   Fue llevada a la iglesia en procesión de asociados, perfectamente organizada por las celadoras.

   A continuación se dijo la novena y después el párroco hizo un breve y elocuente discurso, excitando a una devoción más acendrada si cabe que la que hasta aquí se tuvo.

   A la presidenta, vicepresidenta y demás señoras que componen la junta enhorabuena, igual que a D. Domingo Lozano y D. Mariano Gallego, párroco y teniente respectivamente de la citada iglesia, por su acierto en la elección de imagen y organización de la fiesta.

   La talla, como entonces decíamos, provenía del taller valenciano de Vicente Tena, quien se había especializado en este tipo de imágenes.

   1916.: Se ha celebrado la función que anualmente dedican los asociados al Sagrado Corazón de Jesús. La iglesia muy bien adornada decía el gusto de las personas que intervinieron en su arreglo. El sermón a cargo de D. Rufo Orea, elocuentísimo, demostrando una vez más su prestigio como gran orador.

   1918.: Se ha celebrado suntuosamente la función anual que las asociadas dedican al Sagrado Corazón de Jesús.

   La Iglesia de la Santísima Trinidad artísticamente adornada de rosas; el orador sagrado, Sr. Orea, a la altura de siempre; la extraordinaria concurrencia que con gran fervor acude a estos cultos, eran motivos suficientes para pensar con admiración en lo sólido de la fe en que vive este vecindario.
  
   Igualmente, la congregación atencina celebraría la inauguración del gran monumento al Sagrado Corazón de Jesús en Madrid en 1919: celebrando solemnes cultos. Hubo por la mañana comunión general en la parroquia de la Santísima Trinidad, exposición del S.D.M. de 11 a 12 y en los edificios públicos y en muchas casas particulares lucieron hermosas colgaduras.

      La Congregación estuvo siempre integrada por parte de las familias más representativas de la población, encargadas de mantener su capilla con tal dedicación en la iglesia a la que se adscribió, y de crear un fondo con el que socorrer con leche, pan y queso, a los enfermos más humildes de la villa.

   El día de su festividad, los miembros de la hermandad, reunidos en la casa del priostre de la misma, acudían en procesión hasta la iglesia de la Trinidad, rezando el Rosario por el camino. Generalmente ellos mismos se encargaban de ornamentar las calles con arcos florales y colgaduras de telas en las fachadas.

   Tras la misma mayor acudían nuevamente a casa del priostre, donde eran obsequiados con vino, limonada y bollos.

   El relevo de mandos tenía lugar en el mes de marzo, con la entronización del Sagrado Corazón en la casa del nuevo priostre, llevándose a cabo por parte del abad de la Trinidad la bendición de la casa, a través de cuyo interior tenía lugar una especie de procesión que recorría todas las estancias.

   A su término el nuevo priostre ofrecía un ágape a los asistentes, que solían ser numerosos.