CALLES DE ATIENZA:
LA CALLE NUEVA
De:
Atienza peña muy fuort
Surge la calle Nueva, con toda probabilidad,
en el siglo XIV, tras las sucesivas ampliaciones de los arrabales, que hacen
amurallar el último recinto, en el que se encuentra.
Hablamos de la actual calle Real, o calle
Mayor, que partiendo de la primitivamente llamada Plazuela de la Reina, en el
arrabal de la puerta de San Juan, enlazaba con la puerta de Antequera, también
denominada de los arrabales de San Gil.
Surge como calle Mayor o Real en esa
ampliación, al darse el nombre de calle del Aguila a la actual de Layna
Serrano, entonces calle Mayor.
Antonio López Gómez, en su Geografía Urbana
de Atienza, nos la describe:
La calle Real enlaza la Plaza Mayor con la
puerta del Hospital (derribada), en línea quebrada, para descender contorneando
el cerro, con lo cual la pendiente no es muy acentuada. El primer tramo aún
posee (estamos en 1966) alguna casa alta del siglo XV, de mampostería, puerta
en arco y ventanas conopiales o rebajadas y alfiz con bolas. Hacía abajo la
calle se ruraliza cada vez más, con casas de tosca mampostería y dinteles de
madera; frecuentemente la planta superior de adobe entramado y en saliente.
Destaca del conjunto la iglesia de San Gil, que ha sido depósito del Servicio
del Trigo, con fina portada plateresca y ábside románico. Fuera de la muralla,
pero inmediata, se halla el cuadrado hospital de Santa Ana, del siglo XVIII, y
el esbeltísimo ábside de San Francisco, junto a la fábrica de harinas.
El barrio de San Gil, al cual sirve de eje
la calle Real, es hoy el más extenso de la villa. Comprendido entre las dos
murallas, sus callejas transversas son tortuosas y empinadas, divergen de los
portillos, cruzándose en una red irregular (las llamadas Callejuelas de San
Gil); el acento campesino es muy fuerte, abundan las casas bajas y más
rústicas, pero a veces hay notable contraste entre el piso
bajo, de sillería bien aparejada, con portada en arco, y el superior entramado,
y se explica por una reconstrucción con pocos medios, quizá después del incendio
de 1811. En el Arco de la Virgen se utiliza la muralla como pared posterior de
las casas, y también a lo largo del segundo circuito, junto a la carretera;
pero más curioso es el aprovechar como fachada, en el arco citado, el muro
mismo calado con ventanas y balcones.
En las callejuelas solo algunas casonas con
severo aspecto, con tejado a tres o cuatro aguas y ciertos detalles en las
puertas en arco y las ventanas, son recuerdo de un pretérito mejor, aunque este
barrio fue siempre más modesto que el resto.
A pesar de ello, fue la calle eje comercial
durante algún tiempo, ya que en la misma plaza de San Gil se celebraron
reuniones mercantiles. Plaza cortada en dos sectores bien diferenciados, la
llamada Plazuela de San Gil, abierta ante la iglesia y en el entorno de la
fuente, levantada mediado el siglo XIX, y la parte alta de la misma, denominada
Plazuela de Palacio, sin duda por encontrarse edificada en ella, al menos hasta
la invasión francesa, alguna casa de significativo abolengo, como lo prueba el
hecho de haberse descubierto recientemente parte de unas bodegas que pudieron
pertenecer al mismo.
Tuvo la calle, en este primer tramo que
media entre la puerta de San Gil y su plaza algunos comercios, y mediado el
tramo se levantó la llamada Posada de San Gil, junto a uno de los hornos de pan
con los que contó la villa.
Ninguna reseña especial, en cuanto a
urbanismo, salvo el reseñado, se encuentra en el segundo tramo, entre la plaza
de San Gil y la llamada Fuente del tío Vitoriano, de la segunda mitad del siglo
XIX, a excepción de la significativa casa curato de San Gil.
En cuanto al tercer tramo, entre la citada
fuente y la plaza Mayor cambia nuevamente el urbanismo, como señaló López
Gómez, encontrándonos con edificaciones más antiguas, señoriales y de mayor
amplitud. En una de ellas se situó, en la segunda mitad del siglo XIX, el
cuartel de la Guardia civil.
Fue, desde los inicios del siglo XX en que
se urbanizó la entrada por la puerta de San Gil, la principal entrada a la villa,
a la que anteriormente se accedía a través de la Puerta de la Guerra.