jueves, marzo 26, 2015

SOBRE LA RECONSTRUCCION DEL CASTILLO DE JADRAQUE.



   SOBRE LA RECONSTRUCCION DEL CASTILLO DE JADRAQUE.

   Loable y digna de todo elogio como alcarreño, me merece la postura del municipio de Jadraque, encabezada por su alcalde como representante del municipio, en todo lo que atañe a la restauración de uno de los monumentos más emblemáticos de la provincia, y mi deseo, como el de cualquiera de los hijos de Guadalajara, no podría ser otro que el de que ese ejemplo sea seguido por otros muchos de nuestros pueblos, respetando la memoria de cuantos nos precedieron en el mismo afán.

   Hace pocos días que salió la noticia de la inminente restauración del castillo, aparecida en Nueva Alcarria a través del alcalde sr. Marina, y solo me cabe darle mi más sincera enhorabuena por el logro obtenido. En el número correspondiente al 6 de septiembre, suplemento de fiestas, insistiendo en ello, se hace resumen de los pasos dados  en torno a la reconstrucción a través del tiempo, dando la impresión de que salvo las fechas indicadas entre 1959 y 1964, nadie se interesó por el castillo y lo resulto es obra de contadas personas que trabajan en ese afán desde 1982, y creo sea de justicia hacer una breve semblanza.

   Tras la compra por el municipio comenzaron los trámites de reconstrucción en los que intervinieron entre otras muchas personas, el entonces Cronista Provincial don Juan-Catalina García López, el diputado provincial don Félix Serrano Sanz y sucuñado don Félix Layna Brihuega, que trató de interesar a un antiguo amigo, José Ortega y Munilla, padre de José Ortega y Gasset, residentes en varias épocas en Jadraque, desgraciadamente la situación española, pendiente de otros quehaceres no pudo atender a éste.

   En 1925, nombrado Cronista Provincial don Manuel Serrano Sanz, se trató ante la autoridad nacional, encabezada por el Conde de Romanones, la posibilidad al menos de fortalecer las ruinas. La dimisión como Cronista ante la entonces poca habilidad de la Diputación, del Sr. Serrano Sanz, los años siguientes carentes de representatividad en cuanto a defensa de monumentos provinciales, salvo las muestras del entonces secretario de la Comisión Provincial de Monumentos, Luis Cordavias, de Francisco Layna Serrano, y de nadie más, sin conseguir nada, lo intentaron.

   Llegó la República, guerra y postguerra, en la que desde 1934 Francisco Layna Serrano era Cronista Provincial con muchas fijaciones en cuanto a los monumentos provinciales, y por supuesto entre ellos Jadraque, en su cementerio reposan los restos de su hermano Leonardo Layna Serrano y en el municipio otros muchos recuerdos. La "cabezonería de Layna" estuvo a punto de conseguir que la caravana oficial que llevó al Jefe del Estado a Sigüenza variase rumbo y volviese por Jadraque, se opusieron demasiadas personas, sin embargo el Sr. Layna consiguió algunas adhesiones, la del ministro de Cultura don Jesús Ibañez Martín y la del Director General de Bellas Artes, don Juan de Contreras, además de la del ya famoso José Antonio Ochaíta García, entonces una "estrella" de los teatros madrileños, por sus obras de teatro.

   Para entonces era ya alcalde don Mariano Ormad Ferrer, quien se unió incondicionalmente a todas las proposiciones de los Srs. Layna y Ochaíta, que retomaron su empeño a espaldas de autoridades. Mediada la década de 1950 se trazó un nuevo plan surgido en la casa del marqués de Santo Floro, en el Arquillo de Santa María de Sigüenza, "oficializado" tiempo después, intervinientes, José Antonio Ochaíta, César González Ruano, Federico Carlos Saínz de Robles, Vázquez Díaz, Layna, etc.., de aquí surge la nueva iniciativa de restauración, pero quiere la desgracia que el otoño-invierno de 1958-59 resulte extremadamente lluvioso, se produzca un corrimiento de terrenos y se derrumbre una parte de muro y torre del castillo. Como se requieren urgentes trabajos de consolidación es el propio Layna Serrano quien acude al despacho de don Gratiniano Nieto Gallo, entonces Director General de Bellas Artes, no siendo recibido. El 14 de junio de 1959, en el recinto del Castillo, tiene lugar, ideado por Ochaíta y Layna, el "Homenaje Nacional al Cardenal Mendoza". Se busca atención nacional y se consigue, días después en el domicilio del Sr. Layna se reúnen Ochaíta y Ormad Ferrer, de donde sale la manera de interesar al municipio, hasta entonces demasiado "frío". De esa reunión sale el proyecto a presentar a Bellas Artes, que la institución aporte dinero y Jadraque la mano de obra. Tras nueva reunión del Sr. Layna con Gratiniano Nieto, se consiguen 50.000 pesetas, insuficientes, pero las primeras, que se han de unir, según lo acordado a las reunidas en cuestación dentro del municipio, cuestación que abre el Sr. Layna con 500 pesetas, el 13 de mayo de 1961. Se crea la "Comisión Pro Recosntrucción", inbtegrada por los hermanos José Antonio y Luis Ochaíta García, Antonio Navarro Santafé, Carlos de Saint-Germain y Marino Ormad, la respuesta del municipio sigue siendo prácticamente nula.

   José Antonio Ochaíta llega a Jadraque con sus famosos compañeros compositores, Xandro Valerio y Juanito Solano. Agustín de Figueroa, desde su columna de ABC, insiste en la necesidad de obras y dinero para Jadraque, Rafaél de León, Amparo Rivelles y muchas personas más pertenecientes al círculo íntimo de Ochaíta aportan su grano de arena, Natalia Figueroa, aún no casada con "Raphael", es elegida "Alcaidesa" swl Castillo y la esposa del Jefe del Estado "Madrina" de la reconstrucción, en audiencia que tiene lugar el 30 de mayo de 1961 a la que acuden Ormad Ferrer, Ochaíta, Layna, Agustín de Figueroa y Angel Montero Herreros, Presidente de la Casa de Guadalajara en Madrid, que participa organizando un festival benéfico en el Teatro Español de Madrid.

   Entre las personas citadas y la aportación de Jadraque se reúnen 20.000 pesetas que añadir a las 50.000 de Bellas Artes. En agosto de 1962, tratando de interesar al pueblo, la Junta organiza una gran verbena, se recaudan unas pocas pesetas, aunque asisten gran número de personalidades, no obstante se consigue algo, la aportación por parte del municipio de la mano de obra en turnos de ocho o diez hombres, que trabajan desinteresadamente en las tardes de los sábados y las mañanas de los domingos.

   La Junta, conforme con el municipio y autoridades provinciales acordó reconstruir y consolidar muros y torres exteriores, que se hizo, y que los visitantes futuros imaginasen como había sido su interior a través de una maqueta de Antonio Navarro Santafé.

   Por éstos desvelos se pidión y consiguió el 1 de abril de 1963, que Mariano Ormad Ferrer, como alcalde, recibiese la Medala al Mérito Civil. Otras personas, José Antonio Ochaíta, su hermano Luis, sus tios Eva Cervantes y Mariano García Agustín, Carlos de Saint-Germin, Francisco Layna o Agustin de Figueroa, rechazaron títulos y honores, aunque siguieron en sus trece hasta el día de su muerte, como Julián Gil Montero, Antonio García Herreros, Paco Cortijo Ayuso, Rafael Duyós y muchos más, interesando a otros, Salvador Embib Villaverde, Luis Monje Ciruelo, Salvador Toquero Cortés y tantos y tantos más que arrimaron hombro y bolsillo.

   Loable, repito, el logro actual, pero no olvidemos a quienes trataron lo mismo en épocas más duras. A Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César.

TOMÁS GISMERA VELASCO