LOS TRABAJOS DE CERROPOZO, EN ATIENZA
En los primeros días del mes de junio de
1929, Atienza saltó a la prensa de toda España a través del descubrimiento de
la hasta entonces, una de las más importantes necrópolis ibérica hallada.
Se produjo mientras se llevaban a cabo las
labores de apertura de la carretera de Atienza a Hiendelaencina.
La noticia de alcance decía:
Durante los trabajos de construcción de la
carretera que lleva desde la villa de Atienza a Hiendelaencina, y al efectuar
unas excavaciones profundas, fueron encontradas unas armas antiguas.
Examinadas por el cura párroco de la iglesia
de la Trinidad, don Julio de la Llana, manifestó que todo hacía presumir que se
trataba de una antigua necrópolis.
Se dio aviso del hallazgo al arqueólogo Sr.
Cabré, quien ayudado por don Justo Juberías, párroco de Membrillera, dieron
comienzo, comisionados por el Estado, a las excavaciones oportunas, las cuales
han dado como resultado haber comprobado el carácter de la necrópolis, por el
descubrimiento de una sepultura in situ, con sus ajuares, de la segunda Edad
del Hierro.
Además, en la estratigrafía de aluviones
antiguos cuaternarios de la vega llamada La Bragadera, encontraron dos hachas
características del periodo chelense la una, y achalense la otra.
Los trabajos continuaron a lo largo detodo
el verano, con la intervención directa de don Juan Cabré, don Justo Juberías,
los hijos del Sr. Cabré y un conjunto de obreros contratados para llevar a cabo
los trabajos, procedentes de Atienza y el vecino pueblo de Naharros. Contando
igualmente con la presencia del
propietario de las tierras,
don José Gamboa, de Sigüenza.
La mayoría de las piezas encontradas pasaron
a engrosar la colección del Museo Arqueológico Nacional, descubriéndose cerca
de cincuenta enterramientos con sus correspondientes ajuares.
De todo ello tomó pruebas gráficas don Juan
Cabré, a fin de elaborar el estudio correspondiente, editado unos años después.
En aquel trabajo se insertaron algunas
imágenes de los trabajos. Recientes estudios han dado a la luz la colección
gráfica completa de aquellos, en las que aparecen las personas que trabajaron
en Cerropozo.
Justo es, ya que disponemos de ellas, darlas
a conocer, al menos para que su imagen nos recuerde que colaboraron en aquellos
trabajos, aunque no los podamos identificar con nombres y apellidos.