jueves, marzo 26, 2015

ASÍ SE ESCRIBIÓ: LA HISTORIA DE LA VILLA DE ATIENZA, DE FRANCISCO LAYNA SERRANO.



ASÍ SE ESCRIBIÓ: LA HISTORIA DE LA VILLA DE ATIENZA,
DE FRANCISCO LAYNA SERRANO.

Tomás Gismera Velasco

   Cuando Francisco Layna Serrano dio por terminada su obra “Historia de la Villa de Atienza”, hace algo más de setenta años, era consciente de que hasta ese momento no se había llevado a cabo una recopilación histórica en torno a la villa de Atienza como la que él estaba a punto de dar a la imprenta.

   Escribir un libro sobre la historia de Atienza formaba parte de las aspiraciones de su tío, y cronista provincial, Manuel Serrano Sanz, quien ideó y comenzó el proyecto en 1926, un año después de ser nombrado Cronista Provincial por la Diputación de Guadalajara. El desleal comportamiento de la Diputación para con el Sr. Serrano Sanz, motivo de su dimisión como cronista dos años más tarde, y su muerte en 1932 interrumpieron el proyecto, retomado más tarde por Layna Serrano.

   De todos los estudiosos es conocido que Francisco Layna Serrano no era historiador de profesión, sino de vocación, y ello lo deja bien probado en cuantas publicaciones fueron apareciendo sobre Atienza, bien sobre la villa en general, su castillo o La Caballada.

   En muy contadas ocasiones con anterioridad a la edición de sus obras, visitó Atienza el Sr. Layna. Su primera visita a Atienza, de pasada, la llevaría a cabo en el verano de 1932, y la repetiría en el verano siguiente, en esta ocasión viajando con el fotógrafo Tomás Camarillo y sus respectivas esposas  alojándose por dos días en una pensión de la calle de Cervantes.

   Será a partir de esta segunda visita cuando retomando los apuntes de su tío Manuel, comenzará a trabajar en la historia de Atienza, pero de una manera muy peculiar, ya que no pisará ninguno  de  sus archivos,  civiles o  eclesiásticos, hasta  diez años después, con motivo de su tercera visita a la villa.

   No estaban en aquellos años los archivos de Atienza en las mejores condiciones para la investigación, también es cierto. Los eclesiásticos se encontraban distribuidos a través de cada una de sus parroquias y el municipal había perdido una gran parte de sus fondos a consecuencia del incendio a que se sometió la entonces casa del concejo en el mes de enero de 1811 por cuenta de las tropas francesas. Algo similar sucedió con parte de los archivos del antiguo convento de San Francisco, por lo que a la vista de que sería mucho el tiempo que el Sr. Layna tendría que emplear en investigar, catalogar, estudiar… los archivos existentes, prefirió pasar de largo por ellos, salvo las ligeras referencias que desde Atienza le llegaron, bien por parte del Ayuntamiento y su Secretario municipal, bien por parte del Arcipreste local, así como del Secretario de la cofradía de La Caballada.

   Con aquellos informes fue el Sr. Layna Serrano elaborando su obra hasta dejarnos, como señalaba al comienzo, una apreciable recopilación de textos escritos sobre Atienza. Recopilación que, probablemente suponiendo que no llegarían a conocerse sus originales, evitó en la mayoría de los casos referencias bibliográficamente.

   Toma datos y texto para sus dos primeros capítulos, en cuanto hace al origen de Atienza, de textos escritos y publicados, principalmente de las memorias arqueológicas de Juan Cabré, publicadas en los inicios de la década de 1930, y de las publicaciones de la Comisión Nacional del Mapa Geológico, editadas en los años finales del siglo XIX.

   Llama curiosamente la atención el que algunos partes sean transcripciones íntegras de textos de otros autores, editados principalmente a través del Boletín de la Real Academia de la Historia. De la misma manera que de la Real Academia de la Historia tomará apuntes para ir avanzando a través de los siglos, con las diversas crónicas de los reyes de Castilla, tomando igualmente al pie de la letra los textos de la crónica de don Alvaro de Luna para cuanto hace al capítulo de las guerras de los infantes de Aragón; o la Crónica de los Reyes Católicos, de Hernando del Pulgar, para darnos cuenta de lo sucedido en torno a los siglos XV-XVI.

   Tampoco es demasiado meticuloso al reflejarnos el viaje de Felipe II a Atienza, tomado de “La Jornada de Tarazona” de Enrique Cock, pues a pesar de tomar el texto de este autor, lo transcribe con algunos errores que han llegado formar parte de nuevos y equivocados textos sobre la Atienza histórica.

   Obra de referencia, a la hora de transcribir sus textos en la historia de Atienza serán los estudios históricos del deán de la catedral de Sigüenza, Francisco de Mendoza, llevados a cabo en el siglo XVIII, y por supuesto, el Catalatto Seguntino, del que íntegramente toma cuanto hace referencia a las Santas Espinas de Atienza.
   Por supuesto que en su obra no faltan las notas que dejó manuscritas don Juan Catalina García para el Catálogo Monumental de España, o los estudios históricos de Pareja Serrada.

   Sin duda alguna, la Historia de la Villa de Atienza supuso en su momento un importante legado para dar a conocer la importancia histórica de Atienza, no obstante, es mucho lo que don Francisco Layna dejó sin reseñar, y mucho también lo que transcribió errado. Errores que se mantienen y que, incluso, quienes toman los textos erróneos del Sr. Layna para ilustrar nuevas obras, no admiten la corrección, puesto que “si Layna lo escribió…”. Errores en los que muchos hemos caído, y que con el tiempo no hemos tenido más remedio que rectificar.

   Sirvan estas líneas para animar a los estudiosos de la historia de Atienza para que, sin dejarse llevar de las pasiones, profundicen e investiguen aquello que tratan de dar a conocer.  Puesto que sí, la Historia de la Villa de Atienza es una gran recopilación de los textos conocidos hasta 1942, pero carentes en muchos casos del suficiente rigor.