ASÍ SE ESCRIBIÓ: LA HISTORIA DE LA
VILLA DE ATIENZA,
DE FRANCISCO LAYNA SERRANO.
Tomás
Gismera Velasco
Cuando Francisco Layna Serrano dio por
terminada su obra “Historia de la Villa de Atienza”, hace algo más de setenta
años, era consciente de que hasta ese momento no se había llevado a cabo una
recopilación histórica en torno a la villa de Atienza como la que él estaba a
punto de dar a la imprenta.
Escribir un libro sobre la historia de
Atienza formaba parte de las aspiraciones de su tío, y cronista provincial,
Manuel Serrano Sanz, quien ideó y comenzó el proyecto en 1926, un año después
de ser nombrado Cronista Provincial por la Diputación de Guadalajara. El
desleal comportamiento de la Diputación para con el Sr. Serrano Sanz, motivo de
su dimisión como cronista dos años más tarde, y su muerte en 1932
interrumpieron el proyecto, retomado más tarde por Layna Serrano.
De todos los estudiosos es conocido que
Francisco Layna Serrano no era historiador de profesión, sino de vocación, y
ello lo deja bien probado en cuantas publicaciones fueron apareciendo sobre
Atienza, bien sobre la villa en general, su castillo o La Caballada.
En muy
contadas ocasiones con anterioridad a la edición de sus obras, visitó Atienza
el Sr. Layna. Su primera visita a Atienza, de pasada, la llevaría a cabo en el
verano de 1932, y la repetiría en el verano siguiente, en esta ocasión viajando
con el fotógrafo Tomás Camarillo y sus respectivas esposas alojándose por dos días en una pensión de la
calle de Cervantes.
Será a partir de esta segunda visita cuando
retomando los apuntes de su tío Manuel, comenzará a trabajar en la historia de
Atienza, pero de una manera muy peculiar, ya que no pisará ninguno de sus
archivos, civiles o eclesiásticos, hasta diez años después, con motivo de su tercera
visita a la villa.
No estaban en aquellos años los archivos de
Atienza en las mejores condiciones para la investigación, también es cierto.
Los eclesiásticos se encontraban distribuidos a través de cada una de sus
parroquias y el municipal había perdido una gran parte de sus fondos a
consecuencia del incendio a que se sometió la entonces casa del concejo en el
mes de enero de 1811 por cuenta de las tropas francesas. Algo similar sucedió
con parte de los archivos del antiguo convento de San Francisco, por lo que a
la vista de que sería mucho el tiempo que el Sr. Layna tendría que emplear en
investigar, catalogar, estudiar… los archivos existentes, prefirió pasar de
largo por ellos, salvo las ligeras referencias que desde Atienza le llegaron,
bien por parte del Ayuntamiento y su Secretario municipal, bien por parte del
Arcipreste local, así como del Secretario de la cofradía de La Caballada.
Con aquellos informes fue el Sr. Layna
Serrano elaborando su obra hasta dejarnos, como señalaba al comienzo, una
apreciable recopilación de textos escritos sobre Atienza. Recopilación que,
probablemente suponiendo que no llegarían a conocerse sus originales, evitó en
la mayoría de los casos referencias bibliográficamente.
Toma datos y texto para sus dos primeros
capítulos, en cuanto hace al origen de Atienza, de textos escritos y
publicados, principalmente de las memorias arqueológicas de Juan Cabré,
publicadas en los inicios de la década de 1930, y de las publicaciones de la
Comisión Nacional del Mapa Geológico, editadas en los años finales del siglo
XIX.
Llama curiosamente la atención el que
algunos partes sean transcripciones íntegras de textos de otros autores,
editados principalmente a través del Boletín de la Real Academia de la
Historia. De la misma manera que de la Real Academia de la Historia tomará
apuntes para ir avanzando a través de los siglos, con las diversas crónicas de
los reyes de Castilla, tomando igualmente al pie de la letra los textos de la
crónica de don Alvaro de Luna para cuanto hace al capítulo de las guerras de
los infantes de Aragón; o la Crónica de los Reyes Católicos, de Hernando del Pulgar,
para darnos cuenta de lo sucedido en torno a los siglos XV-XVI.
Tampoco es demasiado meticuloso al
reflejarnos el viaje de Felipe II a Atienza, tomado de “La Jornada de Tarazona”
de Enrique Cock, pues a pesar de tomar el texto de este autor, lo transcribe
con algunos errores que han llegado formar parte de nuevos y equivocados textos
sobre la Atienza histórica.
Obra de referencia, a la hora de transcribir
sus textos en la historia de Atienza serán los estudios históricos del deán de
la catedral de Sigüenza, Francisco de Mendoza, llevados a cabo en el siglo
XVIII, y por supuesto, el Catalatto Seguntino, del que íntegramente toma cuanto
hace referencia a las Santas Espinas de Atienza.
Por supuesto que en su obra no faltan las
notas que dejó manuscritas don Juan Catalina García para el Catálogo Monumental
de España, o los estudios históricos de Pareja Serrada.
Sin duda alguna, la Historia de la Villa de
Atienza supuso en su momento un importante legado para dar a conocer la
importancia histórica de Atienza, no obstante, es mucho lo que don Francisco
Layna dejó sin reseñar, y mucho también lo que transcribió errado. Errores que
se mantienen y que, incluso, quienes toman los textos erróneos del Sr. Layna
para ilustrar nuevas obras, no admiten la corrección, puesto que “si Layna lo
escribió…”. Errores en los que muchos hemos caído, y que con el tiempo no hemos
tenido más remedio que rectificar.
Sirvan estas líneas para animar a los
estudiosos de la historia de Atienza para que, sin dejarse llevar de las
pasiones, profundicen e investiguen aquello que tratan de dar a conocer. Puesto que sí, la Historia de la Villa de
Atienza es una gran recopilación de los textos conocidos hasta 1942, pero
carentes en muchos casos del suficiente rigor.