domingo, diciembre 20, 2015

GENTES DE ATIENZA. El Venerable Fray Andrés de la Mota



GENTES DE ATIENZA
Personajes destacados de la villa de Atienza

EL VENERABLE FRAY
ANDRÉS DE LA MOTA

   En Atienza, famosa villa del obispado de Sigüenza, nació este siervo de Dios, hijo de padres labradores hijosdalgo. Pasó a la corte a los veintiún años de su edad, y tomó el hábito en este convento y hospital de venerable padre Antón Martín el año de 1592.

Comenzó desde luego a dar muy ciertas señales de virtuoso y santo, porque al mucho trabajo que en el año de la aprobación tuvo, trabajando en el cuarto que se hacía de la enfermería, que llaman de San Miguel, añadía el ser muy penitente y mortificado.

   Trajo siempre un áspero cilicio arrimado a las carnes, y se daba sangrientas disciplinas. Dormía sobre unas tablas, para dar un ligero descanso a su cuerpo, porque lo más de la noche pasaba en oración y contemplación. Fue muy devoto de la pasión del Señor, y andaba siempre enternecido, meditando sus dolorosos pasos. Ayunaba tres días en la semana, y los viernes de la cuaresma, a pan y agua. 



 Tuvo oficio de sacristán, y con la ocasión de serlo, frecuentaba muy de ordinario los santos sacramentos. Tuvo por especiales devotos a María Santísima y a su castísimo esposo San José, al señor San Joaquín y a la señora Santa Ana. A todos representaba sus necesidades con profunda humildad, y todos le favorecían con larga mano, y se las socorrían, aunque no perdía de vista a otros muchos santos sus abogados, con quienes tenía muy dulces coloquios, pidiendo su intercesión para el Señor, que le conservase en su gracia para que la muerte no le hallara sin ella.

Fue varón de ejemplar vida y costumbres, y que para pagarle el Señor los méritos de su virtud y santidad, se le quiso llevar para sí un viernes de marzo, y era el de los que tenía consagrados a su ayuno de pan y agua el siervo de Dios.

Murió con entero sentido, después de haber recibido los santos sacramentos, diciendo muchas cosas de gran edificación a un santísimo crucifijo que en las manos tenía. Está depositado bajo el altar mayor; y con reputación de varón de  grande virtud, en todos los manuscritos que hay de su vida.

Tomás Gismera Velasco

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