LONGEVIDAD
Inocente apareció ayer en todas las televisiones nacionales, porque ayer Inocente cumplía 108 años de edad. Me ha hecho sonreír, y recordar a un montón de inocentes que pasaron de los cien años.
La mirada se me ha vuelto a recordar un 28 de abril de 2001, en el San José de Guadalajara, cuando allá se reunieron un montón de centenarios de la provincia. Aquellos no salieron en la televisión, porque tratábamos de hacerles un homenaje, una fiesta íntima, un reconocimiento, no a su edad, sino a la cantidad de sacrificios que habían tenido que llevar a cabo a lo largo del siglo XX, que habían vivido desde el principio hasta el fin, tratando de sobrevivir.
Aquel fue uno de los días más hermosos de mi vida, porque aquel día, todos aquellos ancianitos, sin oropéndolas, fueron felices.
Entre todos los que se juntaron completaban diecinueve siglos de vida. De historia viva desde su centenaria lucidez.
María Cañamares, 104 años de edad; Salustiano Romero, 103; Julián Sanz Magro, 101; Eugenio Alonso, Hermenegildo Martínez, Guadalupe Sainz y Anselmo Novella, 100 cada uno; la tía Damasa, Damasa Carrascosa, próxima a cumplir los 107.
¡Cuántas historias en aquellas miradas, en aquellos ojos!
¿Qué se sentirá, con más de cien años a las espaldas?
¡Qué aventuras las de Julián Sanz Magro, que vivió tres guerras!, o Damasa Carrascosa, que sintió la muerte de alguno de sus hijos.
Qué hermoso debe de ser llegar, si es que se llega, rodeado del cariño de los demás, y con la conciencia tranquila.
Aquel día a todos les deseamos larga viva. Hoy son el recuerdo de un día hermoso, un día en el que fueron felices protagonistas en la historia de una provincia.
Así que, Inocente, ¡larga vida!
Inocente apareció ayer en todas las televisiones nacionales, porque ayer Inocente cumplía 108 años de edad. Me ha hecho sonreír, y recordar a un montón de inocentes que pasaron de los cien años.
La mirada se me ha vuelto a recordar un 28 de abril de 2001, en el San José de Guadalajara, cuando allá se reunieron un montón de centenarios de la provincia. Aquellos no salieron en la televisión, porque tratábamos de hacerles un homenaje, una fiesta íntima, un reconocimiento, no a su edad, sino a la cantidad de sacrificios que habían tenido que llevar a cabo a lo largo del siglo XX, que habían vivido desde el principio hasta el fin, tratando de sobrevivir.
Aquel fue uno de los días más hermosos de mi vida, porque aquel día, todos aquellos ancianitos, sin oropéndolas, fueron felices.
Entre todos los que se juntaron completaban diecinueve siglos de vida. De historia viva desde su centenaria lucidez.
María Cañamares, 104 años de edad; Salustiano Romero, 103; Julián Sanz Magro, 101; Eugenio Alonso, Hermenegildo Martínez, Guadalupe Sainz y Anselmo Novella, 100 cada uno; la tía Damasa, Damasa Carrascosa, próxima a cumplir los 107.
¡Cuántas historias en aquellas miradas, en aquellos ojos!
¿Qué se sentirá, con más de cien años a las espaldas?
¡Qué aventuras las de Julián Sanz Magro, que vivió tres guerras!, o Damasa Carrascosa, que sintió la muerte de alguno de sus hijos.
Qué hermoso debe de ser llegar, si es que se llega, rodeado del cariño de los demás, y con la conciencia tranquila.
Aquel día a todos les deseamos larga viva. Hoy son el recuerdo de un día hermoso, un día en el que fueron felices protagonistas en la historia de una provincia.
Así que, Inocente, ¡larga vida!