DE APODOS, MOTES Y DECIRES
Que recogieron Guillermo Yangüela y Gabriel María Vergara, entre otros
Titulaba don Guillermo Yangüela Pascual un interesante trabajo que vio la luz en la revista Atienza Ilustrada de 12 de marzo de 1898: “Aunque me peguen”, y de ello hablaba, de motes, apodos y decires. Don Guillermo Yangüela Pascual estaba entonces a punto de irse a cumplir con la Patria, puesto que este año entraba en quintas, había nacido en Atienza en 1880. Hubo un problema, don Guillermo no dio la talla. Por aquel tiempo nuestros hombres eran de escasa altura y, de los once mozos que en este 1898 pasaron por la sala del Ayuntamiento a cumplimentar papeles y “tallarse”, tan solo siete alcanzaron el mínimo reglamentario. Justo es decirlo, el tío abuelo de quien esto escribe, Santiago Velasco Marina, tampoco dio la talla, medía 1,54, si bien don Guillermo le ganó, se quedó en el 1,51; claro está que, al año siguiente, faltas las filas de soldados, a ambos se los llamó al Ejército.
Don Guillermo, entre tanto, sirvió de guía a don Benito Pérez Galdós cuando por estos años visitó Atienza para ambientar en ella su novela más conocida por estas tierras, el “Narváez”, y le dio tiempo a colaborar en la Atienza Ilustrada de marras. Al regreso de su servicio a la Patria se estableció en Sigüenza al frente de su propia imprenta, La Minerva Editorial, si bien con el tiempo haría las maletas para establecerse definitivamente en Barcelona, donde falleció, a los 79 años de edad, el sábado 31 de octubre de 1959.
Y escribió don Guillermo:
Es un hecho bien patente, / que hace muchísimos años, / y en todas partes, los pueblos/ que se encuentran colindando, / mutuamente se motejan, / con los apodos más raros…
Don Gabriel María Vergara y Martín
Sin duda, a don Guillermo siguió en esto del apuntar apodos, don Gabriel María Vergara, que fue uno de nuestros grandes hombres de ciencia en cuanto a anotar costumbres, vivencias e incluso, motes o apodos, en un tiempo en el que, más que por el nombre, a los vecinos de cualquiera de nuestros pueblos se los conocía por el apodo.
Vergara, quien a pesar de su nacimiento en el Madrid de 1869, pasó más de media vida en Guadalajara, donde ocupó la Catedra de Geografía e Historia del Instituto Brianda de Mendoza, se inició por los años finales del siglo XIX y comienzos del XX en esta parte del folklore o la etnografía provincial; en el apodo, el palabrerío o el refranerío.
Dejó unos cuantos trabajos, en libro de imprenta, y en colaboraciones con numerosas revistas o semanarios, provinciales y nacionales, fruto de ese ir anotando palabras que compusiesen una especie de Diccionario de rarezas vocales.
A él se debe quizá el mejor y más amplio trabajo en torno al apodo de pueblo a pueblo: “Apodos que se aplican a los naturales de algunas localidades de la provincia de Guadalajara, los habitantes de los pueblos próximos a ellas”. El estudio seguía en parte el ya mentado trabajito de don Guillermo Yangüela, y vio la luz en la Revista de Dialectología y Tradiciones Populares en 1947, muy a pesar de que ya para entonces había ido desgranando partes de esta investigación en la prensa nacional y provincial.
A él, a don Gabriel María Vergara, también se debe otro de esos curiosos estudios que hoy se rebuscan en las bibliotecas: “Algunas palabras de uso corriente en la provincia de Guadalajara, que no se hallan en los diccionarios”. Y es que, hubo un tiempo, en que cada cual hablaba a su manera y, para nombrar el mismo objeto, nuestros pueblos utilizaban su propia definición.
Hace algunos años, 2017, la Asociación Cultural Serranía de Guadalajara dio a la imprenta el “Vocabulario Popular Serrano de Guadalajara” que, con cientos de entradas, nos hace patente todo ello. Y es que, el vocabulario de nuestros mayores, tanto como los apodos, de no recogerse, van camino de perderse para siempre.
Don Gabriel María Vergara recogió en sus “Apodos…”, de la A, a la Z, la mayoría de ellos, tan curiosos como: Barranquetes, Troneras o Rumbones, Pantorrilludos, Destrozapeines, Jorobados, Novillos o Grajos… apodos que dejamos a la libertad del lector, averiguar la población a que cada cual pertenece.
En aquellos inicios del siglo, Vergara Martín colaboró con las principales Academias de la lengua Española, y con los hombres de ciencia y letra que buscaban nuestros orígenes. Su obra en la actualidad está diseminada por multitud de Bibliotecas, y apenas se tienen en cuenta los trabajos de investigación que dejó para la posteridad, tan importantes como nuestros monumentos, puesto que el léxico formó y lo continúa haciendo, parte de nuestras vidas, nuestros pueblos y cultura.
Al día de hoy no son pocos los libritos que van apareciendo con los apodos con los que las familias fueron conocidas en algunas de las poblaciones que cubren los cuatro puntos cardinales del reino. Parte, sin duda, de nuestra cultura. Del mismo modo que se recogen los dialectos, o las jergas gremiales, de las que, en la provincia, nos queda la de esquiladores y tratantes del Señorío Molinés y parte del Ducado: La Migaña, o Mingaña, que tanto ha dado de qué hablar.
Títulos históricos de Gabriel María Vergara fueron los “Cantares, refranes, adagios, proverbios, modismos, locuciones y frases proverbiales referentes a curas, frailes, monjas y sacristanes”, que dio a la imprenta en 1919; y también “Algunas cosas notables y curiosas de la provincia de Guadalajara”, de 1931.
HISTORIAS DE LA VILLA DE ATIENZA (Pulsando aquí)
Y Yangüela Pascual
Don Guillermo, quien se inició con anterioridad a don Gabriel en esto del apodeo, se centró únicamente en la comarca serrana de nuestra provincia, dejándonos alguno de los apodos de sus pueblos:
Así pues a los de Atienza/ (por mi pueblo comenzando), /por lo de La Bragadera, /hay quien les llama bragados…
Y se extenderá después para, uno a uno, darnos su definición: los de Gascueña, rigüedos; los de Riofrío, gatos; Hiendelaencina, malatos; y mansos, a los de Narros; de Alpedroches, alforjeros; Tordelloso, toledanos; Congostrina, cardadores; Casillas, los casillanos…
El Sr. Vergara escribió: “Uno de los estudios más interesantes de cuantos pueden hacerse de carácter folklórico, es el de los apodos”, ya que, a través de ellos, escribía, se viene al conocimiento de una parte de la historia oculta de nuestros pueblos, o de nuestras familias.
Y D. Guillermo, ponía el punto final diciendo:
…no sea que sin quererlo, /vaya a soltar un gazapo/ que me exponga a un lance serio/ o llevar un garrotazo;/ y al olerme a chamusquina, / hago mutis y me callo”.
Sin duda, de Yangüela Pascual y de Vergara Martín tomaron nota otros escritores, tales que Pío Baroja para sus: “Canciones del suburbio, en donde añadió que “son los de Alarilla zorros/ los de Sayatón…/ los de Valdearenas…/ los de Rebollosa, cucos…” Dejamos que el lector acople apodo a los puntos suspensivos; como apodos puso en sus obras, a pueblos, personajes y paisajes, Camilo José Cela, retomando la línea de los anteriores.
Apodo y palabrerío, parte no menos interesante, por menos estudiada, de nuestra cultura, que nos sirve para tener presente a uno de nuestros grandes folkloristas, Gabriel María Vergara Martín.
Tomás Gismera Velasco/ Guadalajara en la memoria/ Periódico Nueva Alcarria/ Guadalajara, 14 de marzo de 2025
SEMBLANZAS DE ATIENZA
SEMBLANZAS DE ATIENZA
Nombres para su historia
Puede que sea Atienza (Guadalajara), junto a Sigüenza, Brihuega y Molina de Aragón, una de las poblaciones con más historia de la hoy provincia de Guadalajara; mayor número de monumentos históricos, y mayor nómina de personajes que, desde la localidad han pasado a la historia, provincial y nacional.
En las páginas siguientes recogemos una mínima nómina de nombres que hicieron historia. Por supuesto que no están todos, puesto que la nómina de personajes que hicieron historia en tiempo pasado, es infinita.
Merecedores de páginas exclusivas son nombres como los de Juan Bravo, capitán comunero en Segovia, o del político Bruno Pascual Ruilópez, abocado al olvido.
Nombres ligados a Atienza, por destino de oficio, que aquí hicieron historia, como Eduardo Contreras, quien desde su cargo en la oficina de Correos y Telégrafos colaboró intensamente en la vida cultural de Atienza, dejando su firma no sólo en la prensa provincial, también en la significativa revista “Atienza Ilustrada”.
No pocos nombres históricos de Atienza fueron rescatados del olvido a través de la revista digital Atienza de los Juglares.
Sin duda, a esta serie de nombres, los que completan esta “Semblanza”, para cuya confección hemos recurrido a las firmas y escritos conocidos, a fin de completar de ellos una mediana biografía, nunca enteramente lograda, seguirán más. Porque Atienza es grande en historia, monumentos, cultura y, por supuesto, gentes que hicieron historia. Como, de alguna manera, son los 175 nombres cuyas biografías o semblanzas se incluyen en esta obra.
SEMBLANZAS DE ATIENZA, EL LIBRO PULSANDO AQUÍ
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Detalles del LIBRO
- ASIN : B0C63RZMKT
- Editorial : Independently published
- Idioma : Español
- Tapa blanda : 296 páginas
- ISBN-13 : 979-8395904256
- Peso del producto : 449 g
- Dimensiones : 13.97 x 1.88 x 21.59 cm
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