viernes, enero 03, 2025

YA VIENEN LOS REYES MAGOS

 

YA VIENEN LOS REYES MAGOS

Una gran cabalgada, acompañada de su Belén Viviente, se aproxima a Guadalajara y su provincia

 

  No son muchas las noticias que en nuestras pasadas páginas periodísticas, remitiéndonos a los inicios del siglo XX, o al XIX anterior, podemos encontrar en torno a la Cabalgata de Reyes, o los ya más que tradicionales Belenes Vivientes, que, por nuestros pueblos, en estos días, se desarrollan y lo han hecho a lo largo del mes de diciembre. Sin duda, del Belén Viviente más antiguo que tenemos noticia es el relato que dejó para la historia el cronista provincial D. Antonio Pareja Serrada, sucedió en Brihuega, mediado el siglo XIX. Aquí se formó a la entrada del Ayuntamiento, aprovechando los entonces soportales para convertirlos en la “Cueva” o establo de Belén. Nos contó nuestro cronista, cuando los hechos de que hablamos un chiquillo que no levantaba cuatro palmas del suelo, que con los ojos como platos vivió aquello la chavalería.

   Que para aquel día en el que en Brihuega se montó el Belén se aprestaron a preparar en las cocinas los famosos “nochebuenos”, que eran dulces entonces al uso y que, al cabo de la noche, iluminada la del 24 de diciembre en que tuvo lugar la representación a base de teas y otros artefactos, fueron apareciendo en la plaza las figuras que componen el “misterio de la Navidad”: “iban los tres Reyes Magos, que eran D. Mateo Gómez, D. Segundo Torres y D. José Casas, padre de mi querido amigo D. Ramón; recuerdo que el tío Dioz, iba de paje del rey negro, y Salido, conducía el caballo del rey Melchor. La comitiva había tomado por modelo el cuadro de la Adoración de los Reyes que existe en Santa María, aproximándose todo lo posible a la tradición…”. Añorados recuerdos…

 

 


 

La Cabalgata de Reyes, en Guadalajara

   Ya no hay otras noticias en la prensa, que tanto nos sirve de cronista para casos semejantes, o sea, la datación de eventos en nuestros pueblos, hasta que, iniciado el siglo XX, en 1902, la crónica nos recuerda que la noche del 5 de enero: “recorrió las calles de la población una numerosa comitiva que simulaba a los Reyes Magos”. No hay más, a pesar de que conocemos que, algunos otros años, la comitiva, integrada por alumnos de la Academia de Ingenieros Militares, salió a las calles a repartir alegría y emoción. Que debió desbordarse cuando, en 1915, volvió a salir la comitiva de reyes con su corte, previo el correspondiente reparto de juguetes y regalos “a las clases menesterosas”, por parte de los miembros de la Nueva Peña del Casino que, para el año siguiente, cortó las calles, con los magos repartiendo caramelos: “causando entre chicos y grandes gran impresión”; después, el reparto de regalos.

   El maestro de Berninches, don Miguel Pérez Saiz contaba, en 1936, que en las grandes ciudades se celebraban por entonces cabalgatas de reyes que traían la ilusión a los pequeños, y se preguntaba el porqué de que no llegasen a los humildes pueblos; pues también en ellos los niños tenían derecho a vivir la fantasía. A pesar de que la cabalgata de Guadalajara parece que había pasado a la historia años atrás. No volvería a celebrarse hasta 1940, cuando la Organización Juvenil representó en la ciudad el Misterio de la Navidad, saliendo al anochecer del 5 de enero del Parque y Maestranza de Ingenieros, precedidos los reyes por comitiva ciclista, y el farmacéutico D. Diego de Bartolomé Medrano, a lomos de brioso corcel, como maestro de ceremonias. La comitiva real sería recibida por las autoridades civiles y militares a las puertas del Gobierno Civil, antes de continuar hacia el comedor del Auxilio Social, centros de caridad y Hospital Provincial.

   En 1943, con presencia de algunas carrozas de los pueblos comarcanos, la cabalgata saldría de la plaza de Toros; al igual que al año siguiente, siendo acompañada de pastorcillos y personajes afines al Belén; deteniéndose, como siempre, en la Casa de la Misericordia; incluso ocasiones hubo en las que los Reyes se acercaron a la Prisión Provincial, a dejar regalos a los hijos de los presos que con sus padres o madres penaban. Para 1951 la Cabalgata salía de la Delegación Provincial del Frente de Juventudes; iniciándose, a partir de la década de 1960 un mayor despliegue de medios: En 1961 ya acompañaban a los Magos de Oriente, que adoraron al Niño Dios en Santa María, un escuadrón motorizado de la Guardia civil, la banda de tambores y cornetas del Regimiento de Ingenieros, las agrupaciones folclóricas y de la Sección Femenina, la rondalla de la Salceda de Tendilla, e incluso la Banda Provincial. En 1965 los Reyes llegaban motorizados en vehículos descapotables y dos años después en un helicóptero fletado en la Base Aérea de Torrejón.

   Cabalgata que continuaría celebrándose en el tiempo, modificándose algunos aspectos, engrandeciéndose otros, hasta llegar a nuestros días.

 

Y en los pueblos de la provincia, también

   No solamente llegarán en este tiempo las cabalgatas de Reyes a la capital; siguiendo su ejemplo surgirán en algunas otras poblaciones, comenzando por Sigüenza, de donde ya tenemos noticia de la celebrada en 1960, organizada por su Ayuntamiento y el Frente de Juventudes de la ciudad; en aquella ocasión abría la marcha la banda de cornetas y tambores de la Falange, y la cerraba rondalla “Tradición seguntina”; también llegaron en este mismo año a Ciruelas, por carretera y precedidos de una escolta de motocicletas; a Romanones y a Trillo, representando a los magos el administrador de Correos, D. Isidoro Ruiz; el jefe local del Movimiento, D. Bernabé Mayoral; y el apoderado de Santa María de Ovila, D. Joaquín Díaz Lalanda.

   Sigüenza sería, para los pueblos de Guadalajara, el eje desde el que partirán las nuevas ideas que lleguen a los pueblos; por estos años primeros de la década, la cabalgata de reyes seguntinos salía del grupo escolar Martín de Vandoma para concluir a las puertas del Ayuntamiento

   En 1964 ya salían los magos a las calles de Jadraque, organizada la cabalgata por algunos de los elementos culturales más significativos, antes de que se hiciese cargo de ella la Asociación Reconquista; y en 1965 recorrían, arropados por un par de miles de personas, las de Molina de Aragón, partiendo de la Cuesta del Coso; en 1981: “Los Reyes desfilaron por las calles en tres carrozas, luciendo hermosos atuendos confeccionados por vecinas del pueblo”. A Atienza lo hacía en 1966, con la intervención del párroco D. Alejandro Tabernero, D. Ceferino Garcés y D. Juan Valero, integrantes en parte del Servicio de Ordenación Rural.

   De Brihuega salían, en 1969, de la antigua y Real Fábrica de Tapices, para después de recorrer la villa, dirigirse al pueblo desde los balcones del Ayuntamiento; la cabalgata en Brihuega ya se venía celebrando, al menos, desde 1967, iniciando el recorrido en el cerro de San José, para llegar al paseo de María Cristina, donde se recreaba el Belén Viviente bajo la dirección de D. Alejandro López, después, desde el balcón del ayuntamiento, los magos saludarían al pueblo.

   Para los inicios de la década de 1970, la cabalgata de magos recorría otras muchas poblaciones, y comenzaría a extenderse por la Campiña, la Alcarria y la Serranía, llevando la ilusión a los chiquillos de nuestros pueblos a lomos de caballos, vehículos motorizados de todas clases; o llegando por el aire a la comarca de Alarilla; o a través de las aguas a las poblaciones que quedaron al borde de las de los pantanos. Sin duda, en todas las caras no faltaban la esperanza y la ilusión de que los magos de Oriente cumpliesen con aquellas peticiones que, desde cualquier parte, se les hacían. Seguramente que semejan las de hoy; la letra poco cambia. Que los deseos, se cumplan.

 

Tomás Gismera Velasco/ Guadalajara en la memoria/ Periódico Nueva Alcarria/ Guadalajara, 3 de enero de 2025

 

 

 

 


 Juan Martín el Empecinado, y la Guerra de la Independencia en Guadalajara, el libro, pulsando aquí

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