SOBRE LA IGLESIA DE CASILLAS DE ATIENZA
Una curiosa coincidencia nos ha llevado a
fijarnos en la iglesia de nuestro vecino pueblo de Casillas de Atienza, se
trata de los canecillos decorados con bolas que forman parte de su cornisa, y
de los que en Atienza encontramos una muestra idéntica en la iglesia de San
Salvador.
Puede que una de las referencias más
antiguas en torno a la iglesia de Casillas de Atienza sea la aparecida en la
obra de Toribio Minguella (Historia de la Diócesis de Sigüenza y sus obispos),
en donde, aludiendo a Casillas y en la relación de iglesias de la diócesis
datada en 1353, aparece la de Casillas:
E item en la iglesia de las casiellas son
dos beneficios e un prestamo el cura que ha el beneficio que sirve vale con
todas sus aventuras 80 mrs. El otro beneficio absente vale 40 mrs. El prestamo
vale 35 mrs…
Pocas referencias más encontraremos, en
torno a la iglesia y al propio pueblo, salvo las relaciones entre los bienes de
las distintas casas que ostentaron el Señorío de Paredes, entre las que se
encuadró.
El Diccionario de Sebastián Miñano (1827),
apenas dedica al pueblo cuatro líneas facilitadas por el clérigo seguntino
Pascual García:
“Provincia de Guadalajara, Partido y
obispado de Sigüenza. Tierra de Paredes de Sigüenza. 31 vecinos, 163
habitantes, 1 parroquia aneja de Atienza…”
El Diccionario de Tomás Madoz (1857), dice
sobre Casillas:
“… y una iglesia, parroquia de San Clemente,
aneja de la de San Salvador de Atienza…”
En el Catastro de Ensenada ya encontramos
que quien responde y nombra párroco de Casillas es el titular de la iglesia de
San Salvador de Atienza, entonces Francisco Villares.
Por su parte, y avanzando en el tiempo, nos
cuentan Tomás Nieto y Esther Alegre en su obra “El románico en Guadalajara”, en
torno a los canecillos de referencia, que: La cabecera, de planta cuadrada,
sustituye a la original románica. Se encuentra rematada por cornisa de piedra
sobre canecillos, ambos elementos decorados con motivos de bolas, lo que hace
pensar que no son originales románicos, sino que pertenecen a la época de la
ampliación.
Canecillos similares, pero con dos bolas en
lugar de tres, los encontramos en la iglesia de
San Martín, de Miño de San Esteban, en la provincia de Soria; así como
en Pomar de Valdivia (Palencia).
A la coincidencia de la exactitud de los
canecillos que decoran las iglesias de San Salvador de Atienza y San Clemente
de Casillas tan sólo encontramos (de momento) una explicación: que los
canecillos de la iglesia de Casillas provinieron de la reedificación de la
iglesia de San Salvador de Atienza, levantada en el lugar que hoy ocupa a
partir de 1834, bien porque fuesen encargados al efecto, bien porque fuesen
aprovechados de la edificación anterior, levantada en el siglo XV en el barrio
de Portacaballos.
Sea como fuere el caso es que ahí están, dos
ejemplos de decoración en piedra que nos habían pasado inadvertidos hasta el
momento. Eso sí, seguiremos en el tema.