HIENDELAENCINA. EL PAÍS DE LA PLATA
Un año, el de 1844, cambió la historia reciente de Hiendelaencina. Hasta entonces la población fue un pequeño lugar prácticamente desconocido para la provincia y, por supuesto, para el resto de España. A partir de ese año su nombre saltó a los titulares de la prensa mundial, no sólo de la España de entonces, o de la Europea. Se habían descubierto las minas de plata más importantes de España y tal vez de aquella Europa que comenzaba a despertar a la industrialización.
Una sociedad, la Santa Cecilia, fundada por un grupo de afines a la investigación de la minería, y no sin ciertos temores, comenzó a explotar aquel futuro que rápidamente comenzó a generar riqueza, mano de obra y a atraer a la comarca a muchos inversores, a veces sin escrúpulos que dejaron su huella no sólo en Hiendelaencina, también en Robledo de Corpes, La Bodera, Alcorlo, Congostrina, Zarzuela... Por todo aquel territorio que de la noche a la mañana comenzó a cambiar.
Fueron años de prosperidad que no duraron demasiado, apenas cincuenta o sesenta después, cuando los ingleses, quienes finalmente pusieron capital y maquinaria, se cansaron de invertir y con una guerra a las puertas, la primera mundial, sin una invesón provincial en caminos, carreteras o vías férreas capaz de sacar el rincón pronvincial del aislamiento, levantaron el campamento, y se marcharon, los ingleses.
Nuestras gloriosas autoridades provinciales no quisieron invertir en la comarca porque, a fin de cuentas, quienes se llevaban el producto de la tierra no eran de Guadalajara, sino de fuera, y eso siempre se ha mirado mucho, y así nos ha ido. Quizá también porque los políticos que tenían poder de decisión, antes y ahora, no conocían como debieran la tierra que tenían que defender.
De aquellos tiempos, de los tiempos gloriosos de la minería en Hiendelaencina, escribió Bibiano Contreras, un enamorado de Hiendelaencina y Jadraque. Su "País de la Plata" es un clásico de comienzos del Siglo XX, puesto en la imprenta por su hijo Eduardo en 1905. Ahora, a través de Amazón, se puede volver a tener, vivir y sentir como lo sintieron, vivieron y tuvieron los guajalajareños de hace cien años. Con algunas notas, unos apuntes y el mismo sentido histórico de entonces.
Para quienes gusten de releer el tiempo histórico, pulsando aquí, podréis acceder a este clásico y conocer un poco más lo que fue, y, por supuesto, lo que pudo ser.
Hiendelaencina: El País de la Plata.
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