No sólo de ellos, también de muchos otros hombres que anduvieron por los caminos de la vieja y nueva Castilla, buscándose la vida como buenamente pudieron, y dando rienda suelta a la imagnación.
La Mingaña no es un idioma, ni
siquiera un dialecto,sino vehículo de comunicación que es uno de los elementos
básicos, si no el fundamental, que diferencian y definen a un grupo o
comunidad.
En
el caso de los gremios y agrupaciones profesionales resultó frecuente el empleo
de un lenguaje convencional, no del todo comprendido por los extraños al
oficio, creado sobre una base léxica común con el lenguaje habitual.
Este
vocabulario, alterado por diversos procedimientos, tiene como finalidad la
creación de un vínculo de solidaridad, al tiempo que de diferenciación con el resto
de los hablantes.
Tomás Gismera Velasco
Superinteresante. Gracias por escribirlo, Tomás. Lo recomiendo vivamente.
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