CIPRIANO LOPE,
EL GRAMATICO DE ATIENZA
Tomás Gismera Velasco
Cipriano Lope González, fue su nombre completo, saltó a la fama nacional
a través de la prensa, a raíz de escribir una “Gramática latina”, ensalzada por
unos y, como suele suceder, criticada por otros.
Don Cipriano era uno de esos curiosos personajes que habitaban la
Atienza del siglo XVIII, sin que, por el momento, sepamos con cierta precisión
las fechas de su nacimiento y fallecimiento, ni siquiera tenemos la constancia
de que naciese en Atienza, a pesar de que en Atienza al menos durante 70 años
ejerció su carrera, siendo preceptor de Gramática Latina, con indudable éxito
en la comarca, ya que eran muchos los alumnos que venían de las provincias
limítrofes, a dar clase con él. Si hacemos caso a ese dato, que en Atienza dio
clase por espacio de algo más de 70 años y tomamos otro, el de la edición de su
última obra, estando ya difunta, obra que fue editada por su primo, don Perimo
Calvo y Lope, quien después sería Arzobispo de Santiago, entenderemos que
nuestro preceptor de Gramática nació en Atienza en torno a 1750, y debió de
fallecer en torno a 1846. Dicho dato nos lo aporta la reseña biográfica del
ilustre segoviano Santos Martín Sedeño:
Don Santos Martín Sedeño nació en el lugar de Prádena (de la provincia
de Segovia)… Estudió Humanidades en la villa de Atienza, bajo la dirección del
acreditado y justamente célebre profesor D. Cipriano Lope, que tan buenos
humanistas dio a la nación en los 70 años que dirigió los estudios de la enunciada
villa.
Esto sucedía con anterioridad
1782, pues para esta fecha Martín Sedeño ya se encontraba realizando
otros estudios en Alcalá.
Respecto a su origen atencino hemos de basarnos en esas mismas
afirmaciones de que durante más de 70 años dio clases en Atienza, además de la
constancia de que la madre de su primo y editor, Pedro Calvo, doña Ana Lope,
era también natural de Atienza, si bien ello no desdice de otros lugares.
LA GRAMÁTICA DE LA LENGUA LATINA
La Gramática de la lengua latina, se anunciaba en la prensa madrileña…
…simplificada según un nuevo método por D. Cipriano Lope González,
Maestro de latinidad en la villa de Atienza. Redúcense en todo lo posible los
preceptos y reglas de la gramática latina que tanto ocupan en los artes que
hasta ahora se han seguido, poniendo con esto por obra lo que desde el célebre
Brocense han deseado con ansia los doctos, de que se diesen en pocas palabras,
aunque con la conveniente claridad, las reglas más precisas para entender la
lengua latina.
Se vendía en Madrid, en la librería de Escribano en la calle de
Carretas, frente a la Imprenta Real, a 4 reales. También en el domicilio del
autor, y estaba encuadernado en pergamino.
La prensa de la época no la valoró en mucho, tampoco otro de sus
colegas, el preceptor de Gramática de Tarancón que remitió carta crítica a los
periódicos de la época:
Empieza el autor de este papel (nos dicen refiriéndose al taranconés),
con una carta en la que da su parecer sobre la Gramática de Atienza, y dice que
dado caso que tuviera tal obrita las dotes que la atribuyeron algunas personas
por otra parte doctas, jamás llegaría a merecer el excesivo elogio de ser digno
de su autor de enumerarse entre los Brocenses, Abriles, Correas, Mayaneses,
Iriartes… y va dando su parecer sobre ella y después dice que estando
escribiendo esta (también el de Tarancón era autor de otra Gramática que
trataba de promocionar), llegó un estudiante que había sido discípulo de dicho
Preceptor con un papel en el que ponía reparos a la Gramática de don Cipriano
Lope de Atienza,
El Memorial Literario de Madrid la analizó de arriba abajo, dedicándole
no menos de quince o veinte páginas, incluyendo las críticas en todos los
aspectos de algún que otro preceptor, entre ellos el de Tarancón:
Dice nuestro autor que aconseja a sus discípulos que al hacer las
oraciones de relativo expresen, y repitan el sustantivo que va precedente,
poniéndole en el mismo género… No se puede decir menos que dichos consejos con
ridículos, perjudiciales a la juventud…
¡Notable alucinamiento! (La obra).
Muchos son los yerros y descuidos que se notan… Nuestro autor ofrece
darnos un tratado del método y orden de estudiar las ciencias, muy diferente de
cuantos se han escrito hasta ahora. El pensamiento no se puede negar que es
noble, pero en la ejecución y desempeño podrá haber no pocas cosas ni pequeñas
dificultades.
Si yo fuera hombre que pudiera darle un consejo le diría que si lleva
adelante tal pensamiento procure no perder de vista algunas reglitas muy
oportunas.
El crítico, después de todo, no juzga la obra como se merece, pues según
sus líneas, tan solo busca que: como buen patriota me es sumamente sensible que
el público gaste su dinero en bagatelas…
El crítico del Memorial Literario la juzgaba en mejor forma, llegando a
compararla con la Gramática de Nebrija en algunos aspectos, mejorándola y
adaptándola a los tiempos que corrían. y poniéndola en el lugar que la
correspondía, a pesar de que apunta sus errores:
La obra del Preceptor de Atienza tiene muchos descuidos de imprenta,
acaso por haberse hecho la impresión estando ausente, tiene algunos descuidos
de lenguaje, especialmente en los versos que no copia; tiene algunos descuidos
de propiedad latina, especialmente cuando sique las platiquillas vulgares; pero
es loable su intento en tratar la Gramática latina es castellano, en dar
previamente, o al mismo tiempo, las nociones de lengua castellana que facilitan
los conocimientos de una y otra lengua, en tratar primero lo que da luz a lo
siguiente, en definir los términos, dividir los géneros en sus especies y
tratar de las propiedades y accidentes de ellas…
Nuestro paisano no tardará en responder, principalmente al crítico de
Tarancón:
No son siempre los sabios los que se hallan con el derecho de introducir
y adoptar palabras nuevas; también el vulgo tiene su derecho, y siempre que el
uso haga costumbre quedarán las palabras autorizadas…
Su respuesta será extremadamente larga, demostrando alguno que otro
error de sus críticos, eso sí, concluye despidiéndose con la educación y
respecto que lo parecen distinguir: besando a Vmds. las manos, el de Atienza.
Cipriano Lope González.
LA OBRA POSTUMA
No conocemos de nuestro paisano más que la obra ya comentada, y la
póstuma: Paradoja Literaria o Plan de Humanidades.
Dicha obra, impresa igualmente en Madrid, con posterioridad a su muerte,
puesto que se nos anuncia como obra póstuma, fue llevada a la imprenta por el
familiar de nuestro preceptor, don Primo Calvo Lope, primo carnal de don
Cipriano, cuando don Primo era canónigo de la Real Iglesias Colegial de San
Ildefonso de Segovia. La obra, un tomo en 8ª, se encontraba a la venta en las
librerías de Sánchez, Rodríguez, Cuesta y Villa.
Esta obra original (se nos decía) en su clase, comprende un análisis de
todas las ciencias e importantes reflexiones sobre la dignidad del hombre y el
modo de cultivar sus facultades, descubriendo marcadas tendencias a generalizar
los conocimientos útiles y sólidos, sin excluir ningún estado ni sexo. Es por
lo tanto utilísima no solo a los profesores de colegios, sino a todo el que
tome algún interés en los adelantos humanos.
En: Atienza de los Juglares/Febrero 2015