viernes, julio 18, 2025

EL GRAMÁTICO DE ATIENZA. Cipriano Lope González, autor de una Gramática Latina

 

EL GRAMÁTICO DE ATIENZA

Cipriano Lope González, autor de una Gramática Latina

 

      Desde el lejano siglo XIII Atienza se convirtió en la comarca serrana de Guadalajara en un ejemplo en cuanto a la enseñanza se refiere. En aquel siglo, año de 1269, el obispo seguntino don Lope Díaz de Haro fundó aquí la primera cátedra de gramática conocida a la que colaboraron en su sostenimiento la mayoría de las poblaciones de la entonces extensa tierra de Atienza; más tarde, y mientras contó con fondos, el convento franciscano sostuvo una de latinidad y a través de los tiempos de aquí salieron eruditos maestros y entendidos en letras. Mucho antes de que la Gramática Latina de Antonio de Nebrija saliese a correr mundo. Y mucho tiempo después de todo ello, a punto de concluir el siglo XVIII, de Atienza saldría una de las gramáticas que más tinta hicieron correr en sus últimos años, la “Gramática de la lengua latina, simplificada y reducida a nuevo método, en tres libros”; su autor, Cipriano Lope González, maestro de ella en la Villa de Atienza.

 


 

 

La Gramática de Atienza

   La Gramática de Don Cipriano vería la luz a través de la Imprenta Real en 1788, y sería distribuida por la librería de Escribano, de Madrid. Su precio 4 reales de aquel tiempo.

   La obra no dejó de ser recibida con los brazos abiertos por el mundo de la enseñanza, que no tardó en comparar a nuestro hombre con los grandes gramáticos de aquel siglo en el que tantos nombres pasaron a ser historia: “merece el autor ser agregado a los grandes reformadores de la Gramática Castellana, a Francisco Sánchez de las Brozas, Pedro Simón Abril, Gonzalo Correa, Ortigosa, Pastor, Mayans, Iriarte, los PP. Escolapios, y otros”, decían los tratados en la materia.

   Su fama dentro y fuera de la entonces provincia de Guadalajara llevó a que el número de sus alumnos aumentase, destacando quizá quien más tarde sería gran historiador segoviano y, casualidades del destino, canónigo del Real Sitio de San Ildefonso, don Santos Martín Sedeño quien, tras su paso por la academia del atencino entraría en el seminario segoviano, pasaría a ser Cura de Duruelo y tras un accidentado asalto a su casa terminaría ocupando en el palacio de la Granja el mismo cargo que años adelante desempeñaría el sobrino de nuestro hombre, don Primo Calvo Lope. A Martín Sedeño, entre otras obras, se deben las primeras descripciones históricas del Real Sitio, su historia y mitológicas fuentes.

      La Gramática de la lengua latina se anunciaba en la prensa madrileña: “…simplificada según un nuevo método. Redúcense en todo lo posible los preceptos y reglas de la gramática latina que tanto ocupan en las artes que hasta ahora se han seguido, poniendo con esto por obra lo que desde el célebre Brocense han deseado con ansia los doctos, de que se diesen en pocas palabras, aunque con la conveniente claridad, las reglas más precisas para entender la lengua latina”.

   Por supuesto que no todos los entendidos estuvieron de acuerdo con el erudito de Atienza. Tan mordaz como en los tiempos que nos corren resultaba en aquellos la crítica, mucho más si, como era en el caso de don Cipriano, se tocaban temas que otros tocaron. A nuestro genio le salió puntilloso otro gramático que con los mismos fines de enseñanza dio a la imprenta obra de similar contenido, siendo Gramático en Tarancón: “Muchos son los yerros y descuidos que se notan… Nuestro autor ofrece darnos un tratado del método y orden de estudiar las ciencias muy diferente de cuantos se han escrito hasta ahora. El pensamiento no se puede negar que es noble pero en la ejecución y desempeño podrá haber no pocas cosas ni pequeñas dificultades. Si yo fuera hombre que pudiera darle un consejo le diría que si lleva adelante tal pensamiento procure no perder de vista algunas reglitas muy oportunas”.

   El crítico del “Memorial Literario” la juzgaba en mejor forma, llegando a compararla con la Gramática de Nebrija, mejorándola y adaptándola a los tiempos que corrían. y poniéndola en el lugar que la correspondía, a pesar de que apunta sus errores: “La obra del Preceptor de Atienza tiene muchos descuidos de imprenta, acaso por haberse hecho la impresión estando ausente, tiene algunos descuidos de lenguaje, especialmente en los versos que no copia; tiene algunos descuidos de propiedad latina, especialmente cuando sigue las platiquillas vulgares; pero es loable su intento en tratar la Gramática latina en castellano, en dar previamente, o al mismo tiempo, las nociones de lengua castellana que facilitan los conocimientos de una y otra lengua, en tratar primero lo que da luz a lo siguiente, en definir los términos, dividir los géneros en sus especies y tratar de las propiedades y accidentes de ellas…”

   Nuestro paisano, hombre de los que no se callan, no tardará en responder, principalmente al de Tarancón: “No son siempre los sabios los que se hallan con el derecho de introducir y adoptar palabras nuevas; también el vulgo tiene su derecho, y siempre que el uso haga costumbre quedarán las palabras autorizadas…”

   Su respuesta será extremadamente larga, demostrando alguno que otro error de sus críticos, eso sí, concluye despidiéndose con la educación y respecto que lo parecen distinguir: “besando a Vmds. las manos, el de Atienza”.

 

Cipriano Lope González

  Por espacio de más de setenta años, a juzgar por los escritos que dejó impresos, don Cipriano se dedicó en Atienza a la enseñanza; desde el último cuarto del siglo XVIII hasta la casi mitad del XIX, puesto que falleció en torno a 1846. No cabe duda de que alguna vinculación hubo de tener con nuestra tierra, puesto que sacó el nombre de Atienza a correr mundo a través de sus escritos, si bien todo hace suponer que no fue nacido aquí, sino en El Burgo de Osma, de donde fue natural su sobrino, el ya citado don Primo Calvo Lope quien, a la muerte de nuestro hombre, continuó recopilando su obra dando a la imprenta una póstuma que igualmente haría a don Cipriano merecedor de loables críticas en torno a la enseñanza; se trató de “La Paradoja Literaria, o plan de Humanidades y Método de Estudios”, que don Primo Calvo dio a imprimir en la imprenta segoviana cuando en la Granja de San Ildefonso ejercía el cargo de Canónigo de la Real Iglesia Colegial; “Esta obra, original en su clase, comprende un análisis de todas las ciencias e importantes reflexiones sobre la dignidad del hombre y el modo de cultivar sus facultades, descubriendo marcadas tendencias a generalizar los conocimientos útiles y sólidos, sin excluir ningún estado ni sexo. Es por lo tanto utilísima no solo a los profesores de Colegios, sino a todo el que tome algún interés en los adelantos humanos”. Don Primo pasaría, desde la Granja de San Ildefonso a ser obispo de Santiago de Cuba y Secretario del renombrado Cardenal don Ciriaco Sancha.

   A más de las dos obras reseñadas, de una tercera tenemos conocimiento: “El Discurso en el que se exponen los fundamentos lógicos de la Gramática de todas las Lenguas”, que dio a la imprenta, en Sevilla en 1796, quien la firmó como “Un amigo del autor”.

   De que fue hombre de pensamientos lógicos no nos queda duda, puesto que su obra está llena de ellos, concluyendo su “Discurso” con uno que, quizá, resuma su trabajo: “El hombre no ha sido hecho para las ciencias, sino las ciencias para el hombre”.

   Quizá llevase razón; de lo que no nos queda duda es de que, en su obra, Atienza ocupó un lugar en la portada, mostrando al mundo que, a más de historia, arte y paisaje, la villa norteña tuvo también hombres de gramática que la supieron ensalzar.

 

Tomás Gismera Velasco/ Guadalajara  en la memoria/ Periódico Nueva Alcarria/ Guadalajara, 18 de julio de 2025

SEMBLANZAS DE ATIENZA

 

SEMBLANZAS DE ATIENZA

Nombres para su historia

 

 

 

   Puede que sea Atienza (Guadalajara), junto a Sigüenza, Brihuega y Molina de Aragón, una de las poblaciones con más historia de la hoy provincia de Guadalajara; mayor número de monumentos históricos, y mayor nómina de personajes que, desde la localidad han pasado a la historia, provincial y nacional.

   En las páginas siguientes recogemos una mínima nómina de nombres que hicieron historia. Por supuesto que no están todos, puesto que la nómina de personajes que hicieron historia en tiempo pasado, es infinita.

   Merecedores de páginas exclusivas son nombres como los de Juan Bravo, capitán comunero en Segovia, o del político Bruno Pascual Ruilópez, abocado al olvido.

   Nombres ligados a Atienza, por destino de oficio, que aquí hicieron historia, como Eduardo Contreras, quien desde su cargo en la oficina de Correos y Telégrafos colaboró intensamente en la vida cultural de Atienza, dejando su firma no sólo en la prensa provincial, también en la significativa revista “Atienza Ilustrada”.

   No pocos nombres históricos de Atienza fueron rescatados del olvido a través de la revista digital Atienza de los Juglares.

   Sin duda, a esta serie de nombres, los que completan esta “Semblanza”, para cuya confección hemos recurrido a las firmas y escritos conocidos, a fin de completar de ellos una mediana biografía, nunca enteramente lograda, seguirán más. Porque Atienza es grande en historia, monumentos, cultura y, por supuesto, gentes que hicieron historia. Como, de alguna manera, son los 175 nombres cuyas biografías o semblanzas se incluyen en esta obra.

 

 

 


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Detalles del LIBRO

  • ASIN ‏ : ‎ B0C63RZMKT
  • Editorial ‏ : ‎ Independently published 
  • Idioma ‏ : ‎ Español
  • Tapa blanda ‏ : ‎ 296 páginas
  • ISBN-13 ‏ : ‎ 979-8395904256
  • Peso del producto ‏ : ‎ 449 g
  • Dimensiones ‏ : ‎ 13.97 x 1.88 x 21.59 cm


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