LA ALCARRIA ILUSTRADA
Dedicada a la Historia y el Libro de Guadalajara, la memoria de la revista permanece en el tiempo
Fue pródiga, la tierra de Guadalajara, en los decenios finales del siglo XIX e inicios del XX, en dar cabeceras de periódicos y revistas ilustradas al público de la provincia. Destacaron en este empeño, al margen de la capital, poblaciones como Molina de Aragón y sus ilustres cronistas, don Claro Abánades, don Ángel Monterde (Negra del Monte), o don José Sanz y Díaz, quienes dejaron para la posteridad algunas cabeceras de referencia, como las emblemáticas “Torre de Aragón” y “Voz de Molina”, con unos cuantos títulos más para la historia del periodismo provincial. Sigüenza no quedó a un lado, con “El Henares”, de don Hilario Yabén, o “La Defensa”, de don Eduardo Olmedillas, tan ligado a la poesía soriana de Gerardo Diego; como tampoco quedaron de lado Jadraque o Brihuega.
Jadraque, en título compartido con Atienza, puesto que Jadraque fue el eje central y en Atienza se editó por vez primera, la revista, histórica y literaria, que ha traspasado el tiempo como “Alcarria Ilustrada”; revista que, en Atienza, fue “Atienza Ilustrada”, y ya en Brihuega pasó, tras un periodo de meditación, a encabezar “El Briocense” a través de sus fundadores y colaboradores.
Diez números se imprimieron en total, del cero al nueve, y un extraordinario íntegramente dedicado a Brihuega, con cerca de un centenar de páginas, que sirvió de despedida y cierre. Por sus páginas pasó lo más granado de la prensa e historia principal, e incluso estamparon sus firmas nombres sonoros de la nacional. Curiosamente la revista, que salió al mundo en la villa de Atienza, no pudo contar, para desgracia de la historia, con ninguna firma literaria de aquella naturaleza.
El nacimiento de la Alcarria Ilustrada
A don Eduardo Contreras, hijo del famoso don Bibiano, médico de Hiendelaencina y Alcalde de Jadraque, se debe sin duda el nacimiento de la revista. A don Eduardo y a un médico entonces ejerciente en Miedes de Atienza, don Jorge de la Guardia; o mejor, don Jorge Enrique Basilio Ramón Francisco de Asís Felipe de la Guardia y Vega, nacido en la ciudad de Málaga el 22 de junio de 1861, a las once y media de la mañana, en la calle Ollerías, número 74.
Ambos siempre fueron hombres de genio inquieto y abiertos a la cultura en todas sus manifestaciones. Don Eduardo Contreras fue de mozo gran viajero, amigo de escritores, poetas o pintores y, a la moda de una parte de la cultura de su tiempo, incluso se adentró en una logia masónica de la que salió mal parado, puesto que, una vez abandonada, fue perseguido y denostado por sus antiguos compañeros; a pesar de que mantuvo, hasta el fin de sus días, un cierto tono anticlerical que llevó a su hijo, don Arturito Contreras, el mismo que dio fama al café más alcarreño de Madrid, El Comercial de la Glorita de Bilbao, a contraer matrimonio, de madrugada, en la madrileña iglesia de San Pedro el Viejo, con una buena moza de Maranchón, para que no se enterase el padre que contraía matrimonio religioso. Por cierto, que una de las hijas de don Eduardo, doña Herminia, hermana de don Arturo, pudo ser la esposa de nuestro admirado cronista e historiador provincial, don Francisco Layna Serrano, pues con ella coqueteó algún tiempo.
Después de dejar los estudios de Medicina, don Eduardo Contreras se tomó en serio las oposiciones al entonces naciente cuerpo de Correos y Telégrafos, del que llegó a ser, en los últimos años del siglo XIX, director de la oficina de Jadraque; y desde aquí, en 1895, fue trasladado a la oficina de Atienza, donde vio la luz la revista.
Don Jorge de la Guardia para entonces ya llevaba unos años por estas tierras, desde que en 1890 llegó como médico a Galve de Sorbe, para después casarse en Miedes con una de las hijas del entonces Médico de esta localidad, don Paulino Izquierdo. A D. Jorge le daba por pintar, al tiempo que se ocupó en la curación de los males del cuerpo. Pintó las paredes desnudas de un buen número de ermitas de esta tierra, entre ellas las de Galve, Ujados y, por supuesto, la de Miedes. Y formó parte del colectivo de Médicos Artistas que dieron fama al Madrid de los años veinte.
Ambos fueron los ideólogos de aquella “Atienza Ilustrada” que dejó su primer número, el “0”, el 12 de marzo de 1898. Entre las páginas de aquel primer número, las firmas del entonces cronista provincial, don Juan-Catalina García López, al lado de don Ángel Campos, don Emilio de Ignesón, don Alfonso Martín Manzano, el propio don Eduardo Contreras, don Tomás Bravo y Lecea, la maestra doña Isabel Muñoz Caravaca, o don Juan Diges Antón.
La curiosidad es que las primeras pruebas de impresión se llevaron a cabo en el mes de agosto anterior, editándose los ejemplares a mano y uno a uno, en una vieja imprenta Minerva.
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La Alcarria Ilustrada
Los quinientos ejemplares editados de la revista debieron de agotarse de inmediato; entre otras cosas porque era de distribución gratuita. Posteriormente, gratuitamente también, se editarían, con la cabecera original y periodicidad semestral, cuatro números más, hasta llegar al mes de septiembre de 1899, en que la revista se despidió de la villa.
A las primeras firmas se añadieron las de don Ignacio Calvo y Sánchez, Luis Cordavias, Santos Bozal, Manuel Fernández Lebrato, o, por supuesto, la familia del entonces Médico de Atienza, don Pedro Solís Greppi, natural de Palencia.
El despido de la revista de Atienza, para establecerse en Jadraque, estuvo motivado por el traslado de don Eduardo para dirigir nuevamente la oficina de Correos y Telégrafos de la Villa del Cid, sumando aquí una nueva colección de amigos colaboradores, entre ellos quien sería uno de los pioneros de la fotografía por esta parte de Guadalajara, don Jacinto Abós, farmacéutico de profesión llegado de tierras de Teruel, de Samper de Calanda.
En Jadraque, además de la firma de don Jacinto, se sumó la de don Rodrigo Amador de los Ríos; el brihuego Alfonso Jara; Juan José de Lecanda; Vicente Pedromingo; Andrés García Ortega; don Domingo Bris; Ernesto de Vilches o don Antonio Ochaíta, padre del laureado poeta don José Antonio, a la sazón, maestro de la población.
El primero de enero de 1902 se publicó en Jadraque el último número de esta nueva etapa de la ilustre revista. En este año, nuestro hombre, don Eduardo Contreras, dejaba la estafeta de Jadraque bajo la dirección de don Jacinto Abós Valencia, e iniciaba nueva vida, y proyectos, en la siempre hidalga e histórica villa de Brihuega, a cuya estafeta fue destinado.
El 17 de mayo de 1902 salió, en Brihuega, el último número de la Alcarria Ilustrada, en su año V, como número extraordinario, dedicado a SS.MM. los reyes don Felipe V y don Alfonso XIII.
El número es, en su totalidad, un canto a la historia, costumbres y gentes de Brihuega, del que participaron no sólo las glorias de las letras de la inmortal villa; también las grandes firmas provinciales. Por sus páginas desfilaron los nombres ya conocidos, a los que se sumaron Pareja Serrada y un ciento más.
Fue el único número que vio la luz; tras él comenzaron a organizarse los fastos del Centenario de la Batalla de Villaviciosa, del que la mayoría de los firmantes de la revista tomó parte; Contreras fue Secretario de la Comisión Ejecutiva, presidida de manera oficial por Antonio Pareja Serrada, alma viva de El Briocense que, junto a Máximo de Arredondo, Ramón Casas y Eduardo Contreras, dieron a la luz, el 20 de septiembre de 1904, su primer número.
Memoria de una prensa provincial, siempre digna de recuerdo.
Tomás Gismera Velasco/ Guadalajara en la Memoria/ Periódico Nueva Alcarria, Guadalajara, 3 de marzo de 2023
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